CUARENTA Y DOS

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42º

Los doctores la socorrían.

No podían hacer nada.

Y su mirada tras la luna traspasó nuevamente el cristal.

Mi alma se destruyó.

Se despedazó.

Necesitaba un trasplante de corazón.

Pero ¿Quién le daría algo tan preciado?


MÁS ALLÁ DE LA VENTANA  /LIBRO 3º/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora