- ¿Qué soy yo para ti?
Sus ojos solo reflejaban desesperación, Daehyun se aferraba ansiosamente de la camisa azul que había sido un regalo de él, para su amor.
- ¿Por qué piensas que solo haciendo esto, solucionaras todo?
Aún se encontraba en la misma posición, tenía los ojos a punto de derramar miles de lágrimas, pero se contenía, intentando comunicarse frase a frase, para no demostrar más debilidad.
- Esto, ya lo hemos discutido - exclamó Bang, mientras tomaba la bolsa que se encontraba en la cama - tú ganaste, me mentiste y ahora solo quiero alejarme de ti.
Esas duras palabras rompían lentamente el corazón de Daehyun, que no podía ni quería aceptar esta separación, pero en su mente estaba detenerlo a toda costa, si eso significaba jugar con su vida, estaba dispuesto a hacerlo, eso y más porque lo amaba demasiado.
- ¡Si sales por esa puerta, me suicido! ¿escuchaste?, ¡lo haré y no estoy jugando!
Bang, detuvo toda acción al escuchar las palabras de su novio, no podía creer a qué grado Daehyun estaba dispuesto a chantajearlo para hacer que se quede, o talves realmente ¿lo haría?.
No quiso pensar más, así que, determinado, tomó sus cosas sin levantar la mirada para ver al menor, no quería perder su objetivo, porque sabía que al ver a Daehyun, al observar su rostro, podría perderse en sus hermosas y delicadas facciones, perdería por completo del porqué se iba y del porqué tenia que dejar de amarlo.
Salía por la puerta de la habitación para cruzar la sala y así estar afuera del departamento y de la vida de Daehyun, pero un brazo lo alcanzó para detenerlo, el agarre era tan fuerte y desesperado que detuvo toda acción que planeaba en su mente, se mantuvo cabizbajo unos segundos que parecían una eternidad, comenzó a girar lentamente para encontrarse frente a frente con los ojos de aquél a quién amó tanto, pero ahora le dolía y hacia que tome la decisión más cruel de su vida.
Los ojos de Daehyun se encontraban totalmente rojos, por las lágrimas que no paraban de brotar tenia el rostro demacrado y lamentable, aun así, seguía viéndose tan hermoso como siempre.
Yongguk lo tomó de las mejillas, limpiandolas con sumo cuidado, mientras hacia un sonido como si fuera a dormir a un bebé, susurraba palabras para calmarlo, así, la respiración descontrolada del muchacho comenzó a descender hasta volver a la normalidad.
- No quiero que la última imagen que tenga de ti, sea en éste estado - pronunció Yongguk, mientras lo acomodaba en el sillón más grande que se encontraba en la habitación. Dejó la bolsa cerca a la entrada y regresó hacia Daehyun, quién no había dejado de mirarlo.
No se podía negar el corazón noble que poseía Bang Yongguk, aún cuando su novio le había prometido no ver a Youngjae, el supuesto amigo, que visitaba a Daehyun casi todas las tardes para ayudarlo con algunas materias de la Universidad, mientras el mayor salía a trabajar, regresando ya muy tarde, cuando Daehyun dormía tranquilamente. Solía acomodarse junto a él, para susurrarle palabras de "lo siento" y se acercaba para besarlo y poder hacerle el amor, lentamente como a ambos les gustaba, así podían decirse todas las palabras más bellas de amor, haciendo promesas de un "para siempre", sellandolas con un te amo para toda la vida.
Ahora, nada de eso importaba porque Daehyun dejó de ser el tierno y alegre novio de Yongguk, alejándose poco a poco y evitando que lo tocase en las noches frias, mientras pronunciaba excusas tontas para evadirlo.
A toda costa Yongguk negaba que su amor lo alejaba, también se ponía excusa para sí, como,"está en época de exámenes", " necesita dormir" o "tiene que estudiar".
Pero ya no era necesario dejar de ver y sentir la realidad al enterarse de los secretos encuentros de Daehyun y Youngjae, ni tampoco de los mensajes en el celular de su amante, mucho menos cuando los vio juntos compartiendo una copa de helado, alimentándose uno al otro. Es solo qué, se negaba a creer todo eso. Daehyun le prometió amor eterno y ahora se sentía vacío de eso.
Quiso enfrentarlo, pero Daehyun le dijo que eran imaginaciones suyas, y que su amor por él era el mismo que había sido los últimos tres años. Así que le prometió dejar de ver a Youngjae para que confiara en él.
Poco duraron sus palabras, porque ahora se encontraban sentados en el sofá de la habitación.
Cuando Yongguk sostuvo el rostro de Daehyun, quién estaba más calmado y tenía la mirada fija en él.
- Dae, sabes que la separación siempre es muy complicada - se detuvo para tomar aliento y prosiguió - he notado tantas cosas entre nosotros que me negado a ver y entendí que dejaste de amarme pero...
- Eso no es cierto, no lo es - sentenció Daehyun interrumpiendo sus palabras.
De todas formas, Yongguk le sonrió y continuó.
- Mi pequeño Dae, sabes que ya no me amas, aunque sigas negándolo, en el fondo, estás consciente de ello - volvió a agregar una pausa mientras lo tomaba entre sus brazos, acercándose a su oído, siguió hablando - aún te amo, tanto, que debo dejarte, sé que tú, necesitar entenderlo, yo, ya lo hice, por eso me marcho, así me repitas que te harás daño, no lo creeré, porque es solo un capricho tuyo - como le costaba pronunciar esas palabras, sentía que las fuerzas se le acababan pero aun así continuó diciendo - ahora debes dejarme partir, amor mio.
Intentó ponerse de pie, pero el contrario le sostenía con fuerza, así que sin pensarlo más, lo miró a los ojos y le dio un último beso, cargado de los sentimientos de toda una relación, no tuvo conciencia de cuando había durado, solo sintió que el menor se levantó junto a él, guiandolo a la salida. Cargando sus cosas, giró para ver a Daehyun, le dedicó una ultima sonrisa, acto que fue correspondido por el menor. Lo vio frágil y asustado, así como el primer día que llegó ahí, con la esperanza de que al cruzar la línea, comenzaría una nueva vida, pero en esta ocasión. Sin él.