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Después de un tiempo, la Javiera se empezó a aburrir y tuve que pagarle para que siguiera haciéndose pasar por mi. Eso igual me choreó un poco y muchas veces estuve a punto de mandar todo a la chuchits, pero una noticia me hizo vacilar.

-En tres meses más me voy a Chile. He comprado los pasajes hoy

-¡Noooo! ¿Es en serio?

-Muy en serio, mira

Me envió una foto de los pasajes y casi me desmayé

-Espero verte, estoy ansioso

-yo iguaaal, muy ansiosa

Después de esa conversación lo único que pude pensar fue <¡conchesumadre! ¡Nica alcanzo a adelgazary a hacerme una cirugía plástica en tres meses!>. Pero igual lo intenté: traté de conseguirme plata para una operación exprés e hice dietas truchas que encontré en internet..., hasta que al final terminé resignándome.

--Javiera---le dije un día mientras estábamos en clases---necesito pedirte un favor..., otro más.
---¿webcam?--- me dijo sin expresión alguna.
---No, algo heavy. Pasa que el español viene a Chile en un mes más--- La javi ahogó un gritito---. Y pucha, necesito que te juntes con el y te hagas pasar por mi...

Me miró dudando. No le tincaba mucho la idea, así que me aventuré:
---Te doy treinta lucas.
---Pucha, tú sabes que somos amigas y no te cobraría..., pero, ya po, así me compró unas zapatillas que vi y me gustaron.

Dos semanas antes de que el Español llegara a Chile empecé a darle clases a la Javi sobre cómo ser yo. Le enseñaba chistes, tallas, temas de conversación relacionados con mi mundo nerd (Harry Potter, Nintendo, gatos, El señor de los anillos, astronomía, ufología, cocina, etc.), y ella intentaba aprender, pero sus intentos no me parecían muy convincentes.

Pepi La FeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora