Allí estaba.
Cada vez que lo miraba.
Una explosión.
Cuando trataba de hablarle o llamar su atención.
Otra explosión.
Un intento vano por acercarse y tener una charla normal.
Medio salón volando en pedazos.
¿Es que acaso ése chico tenía alguna relación con terroristas musulmanes?
Cada vez que intentaba tomar sus oportunidades para tener un tipo de contacto con Bakugou Katsuki, todo terminaba hecho un desastre. Ya fuera por que malinterpretara alguno de sus "chistes", o le tomara a insultos sus cumplidos. El heterocromático ya estaba dando por perdidas sus pobres esperanzas de algún día charlar tan animadamente con el rubio como lo hacía Kirishima.
O bueno, dentro de lo que puede llamarse "charlar animadamente" al ser Katsuki de quien se trataba.
Digamos que, el rubio tenía un vocabulario casi nulo en lo que no fuera decir groserías y lanzar gruñidos cual oso enojado y hambriento. Así como también leves asentimientos de cabeza cuando su humor era soportable, o simplemente no le daba mucha atención al asunto.
Había veces incluso que lo escuchaba reír mínimamente, y aunque fuera por unos segundos, era glorioso poder oír aquella risa, ya fuera sádica o burlona. Con lo que fuera estaba bien para Shouto, él no pedía mucho. Simplemente tener alguna conversación pequeña, jugar videojuegos, e incluso comer junto a él aquella comida picante que el rubio tanto adoraba, porque sí, lo admitía, ansiaba y anhelaba en lo más profundo de su fría y solitaria alma, pasar tiempo con Bakugou.
Él lo sabía muy bien, estaba en terreno prácticamente mortal. "Jugándole al vergas" como había visto en los memes de por allí. Pero es que simplemente no podía alejar a ése chico ojirubí de su mente. Incluso podía decir con seguridad, que era el dueño legítimo de su atormentada cabeza, y demacrado corazón.
No supo en qué momento, quizás fue luego de su secuestro... Pero no podía concebir el perder a Katsuki de vista por algunos segundos, porque su corazón martillaba con desespero y pavor al imaginarse en la misma situación de nuevo. Le dolía el pecho de sólo pensar en Bakugou siendo secuestrado, lastimado y quién sabe que otras cosas más. Pues en su mente, su deber era protegerlo, sin embargo, era consciente de que era un lugar que no le correspondía y más bien, ni existía por el mero hecho de que el chico podía cuidarse muy bien solo y se los había demostrado manteniéndose firme en una de las peores situaciones de su vida. Porque, para quien le costara creerlo, poseía una voluntad de hierro inquebrantable, y el bicolor sabía en el fondo, que Bakugou Katsuki llegaría a ser uno de los mejores héroes del mundo. Pues si hasta había escuchado a Aizawa-sensei admitirlo en una plática con All Might que por casualidad escuchó.
Para Todoroki, Bakugou era un ser raro. Una persona ruidosa y expresiva con su enojo, desespero y ansiedad, aprovechándose de ellos para tener consigo una gran fuerza inspirada en aquellas emociones, plasmándolas al declararles rivalidad a sus compañeros, que, aunque él no lo notara, lograba inspirar y empujar un paso más adelante. Sin dudas, era alguien digno de admiración.
Ahora entendía a Midoriya, el porqué de su gran admiración a "Kacchan" como él solía apodarlo, y de su insistencia al querer ayudarlo.
Aún con sus sentimientos guardados y la leve ilusión de poder algún día proclamarlos, existía algo que le impedía y volvía todo un completo campo minado a la merced de un pobre ciego que sólo busca cruzar la calle y llegar como sea al otro lado.
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Detonante | TodoBaku
FanfictionAlgunas personas resplandecen como soles... Otras simplemente como explosiones. Y en el caso de Bakugou Katsuki, él es la más grande y destructiva explosión a punto de ser creada. Todo, gracias a esa chispa llamada Todoroki Shouto que pasó de encend...