Capitulo 1: Arianna

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POV Arianna

Mire por última vez al trozo de papel donde tenía escrita la dirección; después miré a la puerta que tenía en frente. Sí, este parecía ser el sitio.

Lo poco que lograba ver desde fuera era bastante espectacular, la verdad. La casa era grande, pero grande eeh; no de esos grandes que dices “bueno si, es grande” sino el tipo de grande de “en este jardín me monto un partido de futbol profesional”.  Pintado en unos tonos claritos, sobre blancos y grises, distaba bastante de las clásicas casitas inglesas que te encuentras por todos lados. La valla de fuera, que mas que una valla era un muro, era de ladrillo rojo, muy típico, contrastando con la modernidad de la casa. Y flores. Había flores y arbustos por tooodaaas partes. Era una casa bonita en general…

“¿Pero se puede saber que cojones estás haciendo adorando la casa?¿Tu eres tonta o el viaje te ha apagado algunas neuronas?” reivindicó una vocecita en mi cabeza.

-Es verdad Aria, céntrate, no has venido aquí a hacer amigos. Vienes por obligación. Tu no quieres estar aquí, no quieres estar aquí, no quieres estar aquí…- murmure para mi misma una y otra vez.

La gente que paseaba por la calle empezaba a mirarme, cosa normal teniendo en cuenta que llevaba en frente de la casa unos 30 minutos simplemente mirando. Salí del trance cuando un viejecito muy amable se acerco a mi y me dijo:

-Señorita, ¿está usted perdida?

-No señor, solo estaba pensando. En realidad, este es mi destino.- le respondí con una sonrisa fingida señalando la gran casa a mi espalda.

-Oh, esta bien entonces. Que tenga un buen día joven.

-Igualmente señor.

Nos despedimos cordialmente y el siguió su camino mientras yo, agarrando todas mis pertenencias, me decidí a tocar el timbre.

*Riiiiing riiiing*

Toqué dos veces y esperé. Y esperé. Y esperé.

“Como no estén en casa me voy a reir de ti cosa fina guapa” se mofo la vocecita.

Estarán. Tienen que estar. Más les vale estar.

Empezaba a cabrearme y me disponía a tocar el timbre de nuevo, esta vez más persistentemente cuando la puerta se abrió. Corrijo, no se abrió, la abrió.

Harry Styles, supongo que ya lo conocéis, no necesita presentaciones.

Me miró de arriba abajo, con una cara similar al de un niño que no consigue resolver un puzle muy sencillo, y me dijo con voz muuuy lenta:

-Hola, emm… ¿puedo ayudarte en algo?

-Buenos días… eeeh… me preguntaba si se encontraría Niall en casa…- respondí algo dubitativa.

-Si, si que esta. ¿Para que lo necesita?- pregunto de nuevo.

-Es un asunto personal, ¿podrías decirle que salga por favor?- le dije intentando guardad la compostura. Tanta preguntita estaba agotando la escasísima paciencia de la que gozaba.

-Emm… claro… mmm… pero… ¿te conocemos de algo? Porque una fan esta claro que.. no eres.- volvió a replicar el ricitos más confuso todavía (si es que aquello era posible claro).

“¿Otra pregunta? ¿En serio? Aria, este tío te esta vacilando.” sentenció aquella voz en mi mente. Y llevaba razón, o por lo menos, según mi lógica, la llevaba. Resultado: explosión.

-Oh, muy listo Styles! ¿Eso lo has deducido tu solo, o has tenido que pedir ayuda a tus managers y guardaespaldas? ¡Obviamente no soy una fan!- prácticamente le escupí a la cara, casi gritando- Y no, vosotros a mi no me conocéis pero yo a vosotros si, como para no. Estáis por tooodas partes. Me tenéis enferma…-esto último lo susurre por lo bajo.

Y cuando terminé el mini discurso de momento histérico, ví como la puerta se cerraba en mis narices con un gran estruendo, dejándome allí, con una cara de imbécil visible desde los satélites de la NASA, y mi vida patas arriba metida en dos maletas.

“Genial listilla”. Cabía la pequeña posibilidad de que hubiese sido más borde de la cuenta. Bien, ahora solo me quedaba esperar y rezar por que el ricitos no se lo tomase demasiado mal, fuese mínimamente amable y decidiese abrirme la puerta de nuevo.

Me senté en la pequeña escalinata de la acera y contemplé los coches pasar. Uno, dos, tres… Rojo, verde, negro… un monovolumen, un taxi, un deportivo… Justo cuando empezaba a pensar en que llevaba allí una eternidad, que ya no me iban a abrir, y que me tendría que ir de vuelta a Irlanda, volví a oír el sonido de la puerta.

Levantándome de un salto, me giré para ver como los cinco miembros de One Direction, con Niall Horan de cabecilla, se asomaban cautelosamente. En ese momento, Harry posó su mirada sobre mí, susurró algo a los demás y me señaló. Todos me miraron descaradamente, y yo me quede quieta. No sabía qué hacer. Llevaba un par de meses intentando hacerme a la idea de que este día llegaría en algún momento. Aun así, no deja de ser duro descubrir que tienes hermanos perdidos y mierdas por el estilo.

Cuando reuní el valor suficiente, busqué la única mirada que me interesaba; aquella que era igual que la mía, de un azul penetrante. La encontré en el miembro rubio de la banda, al que ya había identificado.

-Hola-les dije con voz firme.

-Hola…- me saludaron todos menos Harry.

Silencio sepulcral. Estaba siendo una situación muy incómoda, la verdad. Nadie sabía que decir; ellos no me conocían, y yo no me atrevía a presentarme, pese a mi falsa seguridad en el saludo.

-Perdona pero, ¿podemos saber quién eres?- rompió el silencio al final uno de ellos (no sabría deciros cual, pues no los estaba mirando)

-Emm… claro. Mi nombre es Arianna Carter y, por mucho que os cueste creerlo, soy la hermana de Niall.-sus caras eran de cine, de autentica película de terror-¡ANTES DE QUE DIGAIS NADA! No, no me he escapado de ningún psiquiátrico; no, no soy una fan, si no preguntádselo a Harry; no, no busco dinero ni fama, de hecho, no me gustáis ni un pelo. Estoy aquí por obligación. Bien, ahora que ya nos conocemos todos, ¿me dejáis pasar? Las maletas pesan…

N/A: Buenaaas!

Esta es mi segunda novela aquí y espero que os guste. La verdad, solo quiero que disfruteis de mis ideas subnormales; a cambio solo os pido algun comentario, por muy destructivo que sea, por lo menos asi soy consciente de que existís.

Hope you enjoy it!!

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