O15.

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Mina suspiró por tercera vez consecutiva intentando retener las ganas de golpear a su compañera. —¿Y de dónde se conocen? ¿Cómo sucedió todo? ¿Te trató bien? —Jeongyeon continuó curioseando en busca de información. Sus pasos se escuchaban débilmente entre el bullicio de la ciudad que, aunque fuera de noche, la ciudad nunca dormía. —¿Estás al menos escuchándome?

—Sí estoy escuchándote. —Contestó la pelirroja rodando los ojos. —Ya te he dicho. Solamente estoy trabajando para ella y su padre, ¿es demasiado difícil para ti asimilarlo? —Jeongyeon la miró con recelo y un mohín en sus labios. Mina estaba ligeramente molesta por su ataque repentino de preguntas.

—Bueno... —Rió la mujer cruzándose de brazos y analizando a la otra de pies a cabeza lentamente. —... conociendo a Chaeyoung, ella no se acercaría a alguien como tú.

Mina bufó con una sonrisa indignada, vaya que estaba haciendo muy bien su trabajo de ponerla de mal humor. —¿Alguien como yo? ¿Tengo una especie de enfermedad o algo así? ¿O es que acaso un cierto número de personas que quepan en los estándares de Chaeyoung Son pueden tener una relación con ella?

—¡No, no estoy diciendo eso! Me refiero a que es muy reservada con sus cosas... además es seria y un poco gruñona. —"Ni me lo recuerdes" murmuró la pelirroja. —Y tú eres lo opuesto a eso, ¿entiendes lo que quiero decir? —Mina asintió de mala gana. —Claro. ¿Y... tú de donde la conoces? ¿Por qué hablabas con ella con tanta confianza?


—¿Por qué tendría que decírtelo? Tú no quisiste contestar mis preguntas. —Exclamó golpeando la frente de la pelirroja con sus dedos, Mina chilló y en un arrebato de su furia pisó el pie contrario. La menor sonrió viendo los ojitos furiosos de la castaña. —Vete al demonio.

—Igualmente, mi amor. —Dijo burlona mientras retomaban su camino en silencio observando los avisos en neón que alumbraban sus rostros según caminaban bajo de ellos. Su estómago dio un vuelco y gruñó con exageración ante el delicioso aroma de los puestos de comida que inundaban el lugar, pero por suerte, antes de que se lanzara como un animal salvaje, pararon frente a la fila de departamentos donde vivía.

En un principio Jeongyeon se negó a quedarse en su hogar porque pensaba que sería un total estorbo, y alegando que encontraría un buen hotel durante su estadía, estuvo a punto de irse. Pero aquello cambió cuando le mencionó la extraña actitud desesperada de Tzuyu y consiguió convencerla. Raro, pero cierto.


Subieron en silencio con la música del ascensor de fondo acompañando el ameno momento. Sus párpados cansados comenzaban a cerrarse y abrirse con pesadez aunque fueran aproximadamente las diez de la noche. El ascensor se detuvo en su piso y ambas salieron sin problemas. El extenso pasillo se abrió ante ellas dejándoles ver a una cabellera negra en medio del pasillo, Mina saludó a su vecina como siempre y procedieron a entrar en el departamento.

—¡Por fin regresaron! —Tzuyu apareció de improvisto con un lápiz detrás de la oreja, cientos de carpetas y papeles en su regazo acompañada de una taza de café en la mano. —La cena está lista, no me molesten.

La castaña rió y Mina bufó. Por un momento se pensaba que Tzuyu se preocupaba por su bienestar pero algunas veces no tanto. Ambas comieron en silencio siendo un poco extraño y abrumador para la pelirroja. Solían tener largas conversaciones hasta que sus gargantas no dieran más, pero todo había cambiado desde la última vez que pudieron hacer algo como eso.


Las personas cambiaban. Así que realmente no le daba importancia.


Mina se despidió en silencio con un movimiento de manos admirando la montaña de trabajos que tenía Tzuyu alrededor. La mayor a veces sentía un poco de pena por ella e intentaba ayudarla, pero ella era jodidamente terca y no le dejaba poner ni un solo dedo encima. Según ella, no necesitaba ayuda de los demás.

Tan dura como una roca.

Varios minutos después, se encontraba arropada hasta la cabeza hecha un ovillo humano. No le tomó importancia a su cabello ligeramente mojado dejándose llevar por la suave almohada con aroma a jazmín y sin querer, el recuerdo del rostro de Chaeyoung.


...


La chica cubre sus oídos con los laterales de su almohada y se arropa lo más que puede para no tener la tentación de contestar lo que suponía era una llamada entrante y no su usual alarma. Mina suspira aliviada cuando sólo puede escuchar los ruidos del aire acondicionado y quita las almohadas de sus orejas.

Dispuesta a seguir durmiendo, se da la vuelta removiéndose para encontrar una posición cómoda y sonríe inconscientemente cuando lo hace.

¡Ring, ring! —Maldición... —Sisea destapándose por completo y tirando las sábanas molesta de que interrumpan su sueño. Toma el teléfono con un mohín en los labios y contesta con los ojos medio cerrados. —¿Quién es? —Gruñe. —¿No leíste mi nombre en la llamada? Bueno, de todos modos... me contestaste por fin.


Mina sisea nuevamente mordiendo la punta de su lengua. Los nervios la estaban carcomiendo. —¿Eres consciente que son aproximadamente las... —Formó una pequeña pausa para mirar la hora. —... seis de la mañana? ¿No sabes que las personas comunes dormimos?

—Para mí no eres una persona común. ¿No eres tú una diseñadora y pintora famosa? Creí que estarías despierta para hacer tus boberías. —Bufó. El rostro pálido de la pelirroja automáticamente cambió a un color rojizo.

—¿Boberías? —Chasqueó con su lengua incapaz de soltarle un insulto. —Señorita Son. Si solamente me ha llamado para esto, le deseo un buen día.

En la otra línea se oyó un gruñido. —No cuelgues. Perdón, estoy de mal humor ahora. Me disculpo de verdad. —Mina enarcó una ceja y se cruzó de brazos poniéndose cómoda por esa extraña faceta que le regalaba la mayor. —Estoy en desacuerdo de que te desquites contra mí a causa de tu mal humor. Si me disculpas colgaré ahora.

—¿Podrías no colgar? ¡Quiero invitarte a salir pero tú no me dejas decírtelo con calma! —Gritó con su voz grave provocando un abrumador silencio entre las dos líneas. Mina se mostraba sorprendida, sus ojos somnolientos habían tomado vida nuevamente y su corazón golpeteaba rápido contra su pecho. Chaeyoung tosió. Su respiración acelerada se podía oír apenas.


Mina tenía que admitir que se sintió un poco aterrada por la manera en que su corazón reaccionó.


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VIVID。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora