O17.

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Su cuello se erizó al sentir la respiración contraria en el mismo. La chica se alejó con torpeza causando un par de risas en la mayor y a la vez, que más de una persona las viera con curiosidad. Chaeyoung se cruzó de brazos y ladeó su cabeza esperando que la muchacha de mejillas rojas dijese una palabra pero ésta mordía su labio nerviosa.

Mina ocultó su boca con su mano tosiendo con falsedad para disminuir el momento tenso. Sus ojos se habían quedado varados en una decoración cualquiera y, si no fuera por el zumbido dentro de su bolso de mano, no habría despertado de su pequeña ensoñación. Rápidamente tomó el aparato y contestó al segundo.

—¿Jeongyeon? ¿Qué necesitas? —Su vista se paseó por el lugar topándose inocentemente con los oscuros ojos que la observaban con curiosidad. Leer las expresiones de Son Chaeyoung era una tarea bastante dura.

—Hey, ¿vendrás pronto o no? Tzuyu no deja de fastidiarme preguntándome lo mismo cada cinco segundos. —La castaña se quejó. —Demonios, apúrate. Ahí viene otra vez. —Murmuró y la pelirroja alcanzó a oír la voz de Tzuyu y rió.


—Claro, no te preocupes. Solamente dame unos minutos y estaré ahí en un santiam- —La palabra quedó varada en su boca cuando su teléfono le fue arrebatado de sus propias manos en un limpio movimiento que no vio suceder. —¡Hey! Jeongyeon... —Mina se estremeció. —Verás... tengo un par de asuntos importantes de los cuales hablar con Myoui. Al parecer lo ha olvidado, es un poco despistada, ¿no lo crees?

¿Cómo se atrevía esa maldita mujer a hacer algo como eso? ¡¡Estaba llevándolo muy lejos!!

—Dame eso. —Musitó la pelirroja pero la otra colgó y sin decir nada más, tomó su mano y depositó su teléfono en ella. Mina le observó alejarse y la misma realizó un ademán para que la siguiera. ¡Ni loca lo haría! ¡Ya tenía suficiente acción por hoy!

"Que se joda, no la voy a seguir" había pensado frustrada.

Mina se dio la vuelta y caminó en dirección opuesta a donde se dirigía Son. ¡Pero claro, la pelinegra no se rendiría! No pasaron ni cerca de siete segundos cuando pudo sentirla detrás de ella y sujetó su muñeca. El aroma de su perfume llegó hasta su nariz e inconscientemente movió un poco su cabeza para aspirar el dulce olor de coco y miel.

VIVID。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora