El Asesinato 224.

Brandon.

En mi mente aún estaba la imagen del cuerpo de Malcolm, sujetado de un brazo y una pierna a los árboles que se encuentran en cada extremo de la entrada al colegio, cortes en el cuerpo pero sin rastro de sangre, no tenía la pierna izquierda y tampoco el brazo derecho, los maestros que estaban presentes no decían ninguna palabra y los alumnos tampoco, algunos lloraban o estaban en shock, la subdirectora se miraba bastante apurada, nerviosa y pálida, cuando los policías llegaron nos hicieron algunas preguntas y nos pidieron que fuéramos a casa.
Las clases se suspendieron hasta el miércoles en donde guardamos un minuto de silencio y nos avisaron que tendríamos que quedarnos después del horario de salida, los alumnos de segundo grado pues las clases con el psicólogo volverían para nosotros ya que las previas muertes eran de personas que estaban en nuestro curso.
La última clase fue la de filosofía y letras en donde se nos pidió escribir un largo poema expresando nuestro sentir, yo lo termine faltando 50 minutos para salir, pero converse con el profesor a quién le pareció increíble y muy profundo.
Cuando sonó la campana que marcaba el fin de clases.
Tomé mis cosas y me fuí a la gran sala, pero aún no llegaba la subdirectora, y faltaban estudiantes, así que doble al pasillo del comedor y me tomé camino a los baños.......

Cuando regresé el salón se veía más poblado y al tomar asiento en el mismo lugar de siempre la subdirectora inició su discurso.
-Ejem, ejem, buenas tardes chicos, bueno como saben, estás reuniones extra serán dirigidas por el psicólogo de este colegio, el profesor Alejandro, así que les pido respeto sólo durará una hora durante un mes, bueno eso es todo, adelante profesor.-
Terminó la subdirectora y le hizo un gesto de acercamiento al profesor, que camino al centro nos miró e inicio con un saludo.
-Buenas tardes chicos, bueno como dijo ya......-
-Este...... ¡Hey!.- se escuchó decir a un costado del profesor, todos giraron al origen del grito, en donde se encontraban el grupo de populares, que soltaron algunas carcajadas, Brandon de puso de pie.
-He, tengo que ir al baño- soltó dirigiéndose al profesor con un poco de burla en sus palabras, el profesor solo le hizo un gesto de aprobación y cuando esté salió corriendo el grupo volvió a reír.
El tiempo pasó volando y al finalizar se tomó lista a los presentes.
- Millar Brandon- hubo un silencio y nadie contesto, se empezaron a mirar unos a los otros, volteando en todas direcciones, la subdirectora alterada pidió a uno de sus amigos que lo llamara por teléfono, pero no contestó, el profesor Alejandro se acercó a la profesora e intercambiaron algunas palabras, después llamaron por teléfono y esté salió por el pasillo.
-Chicos el profesor ha hecho el favor de ir a revisar las salas, su compañero no pudo haberse escapado, pues las autoridades estarán vigilando la entrada durante algún tiempo y si el joven Brandon hubiera tratado de marcharse, nos lo hubieran reportado, así que seguiré pasando lista, mientras el profesor continúa localizando al joven, Ávila Julia- prosiguió la directora pero las voces no pararon, algunos se mostraban inquietos, otros sólo decían que le daban mucha importancia al bromista de la escuela.
Tras unos minutos después llegó el profesor.
-La puerta de los baños está cerrada y no están las llaves, he buscado las copias y tampoco hay rastro-. Dijo apresuradamente, entre el silencio que se había extendido por la gran sala, la directora respiro profundamente
-He gritado, y llamado por si ahí se encontraba alguien pero nadie ha respondido- continuó ahora un poco más pálido, se escucharon cuchicheos y algunos alumnos intercambiaron miradas, como buscando responsables, o imaginando lo peor.
La subdirectora en cambio se mostró pensativa y el profesor volvió a hablar
-Hablemos con......- lo interrumpió bruscamente la subdirectora,
-¡No podemos hacer eso!, Tal vez solo sea una falsa alarma, no podemos suponer un asesinato, sabemos cómo es ese joven, así que vea la manera de entrar.- contestó bajando cada vez más la voz.
Sabía que no debía hacerlo, pero aún así me acerque al centro, sentí como las miradas aumentaban a mi dirección.
-Eh, profesor, yo puedo abrir la puerta, sólo necesito.....-
-¡Oh! Muy bien señorita, ahora acompañe al profesor, y todos ustedes, tomen asiento, no hay nada de qué preocuparse seguramente el señor Brandon se quedó dormido o es una broma de mal gusto.-
Se dirigió la subdirectora a los alumnos, tras esto fui guiada por el profesor a los baños, le dije que necesitaba algo delgado, como un alambre o un pasador, el profesor rápidamente saco del bolsillo izquierdo de su Jens un pequeño pasador.
-¿Esto servirá?- me pregunto.-
-Es muy pequeño pero lo intentaré.- dije con un hilo de voz, tomándolo de su mano, pero era muy pequeño, y tras el primer intento se quedó atascado.
-Espera iré a conseguir otro- y se alejó, hasta desaparecer del pasillo, volví a intentar sacar el pasador, logré sacarlo para después volver a intentar abrir aquella cerradura, hasta que por fin se abrió, siempre había imaginado el baño de los hombres y cuando por fin lo conocí, me sentí arrepentida, pues no había pensado que la primera vez que entrara a uno, me tocaría descubrir un cadáver.
El cuerpo de Brandon se encontraba al lado de los lavabos, no tenía la pierna derecha, su piel había dejado de ser amarilla para tornarse en un color más pálido y apesar que tenía muchos cortes no había mucha sangre en el suelo, me quede ahí, parada viendo esa imagen, cuando escuché la voz aguda del profesor Alejandro que regresaba.
-Veo que has podi....- sus palabras se cortaron al ponerse a mi costado y soltar un grito ahogado.

El cuerpo de Brandon estaba acompañado por la pierna de Malcom, los espejos quebrados y sus cristales regados por todo el piso.