Minuto de silencio.

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Leí el periódico una y otra vez, más muertes...
Estuve hablando en la cocina con mis padres, cuando tuvieron que marcharse al trabajo, subí a mi habitación, sólo quería distraerme.

*Y eso fue realmente lo hice, tome mi tiempo en pensar y actuar.*

Las clases aún no regresaban, así que tenía que encontrar distracción.

Salí al patio me senté debajo de un hermoso árbol y ahí estuve, mirando aquellas hojas tan verdes y hermosas, pensando si algún día podría modificar algo de esa naturaleza tan única y envidiable.
Alrededor de las 5:00 de la tarde mamá llegó del trabajo, me dio un abrazo y me contó su largo día, pero cuando terminó de decirme que había pasado a comprar algunas cosas, dejo la bolsa del mandado en la mesa y me miró fijamente.
-Cariño, la subdirectora me envió un mensaje, bueno de hecho creo que a todos los papás, celebrarán mañana por la tarde una misa y un pequeño evento para tus compañeros, en su memoria, estarán alumnos, padres de familia y habitantes de  la comunidad en  general.- Cuando terminó, me miraba ahora preocupada, no dije nada solo baje la mirada.
-No te obligare a que vayas, pero sería lindo de tu parte, una última despedida, pedir que no haya más muertes, tal.....-
-Mamá, comprendo, si iré, no te preocupes, me gustaría que fueras mi compañera- mamá hizo un gesto  y me regaló una linda sonrisa.
Subí a mi habitación y me dormí, mañana sería un día muy interesante y tenía que levantarme pronto, para preparar todo....

Me desperté, eran como las 10:00 de la mañana, bajé a desayunar, mamá y papá ya se habían ido, regresarían para ir a la plaza, así que hice algunos deberes y me duche.

*Corte algunas flores, eran de un brillante blanco las puse en un jarrón, pero decidí ir al garaje y las pinté de un rojo vivo y hermoso.*

Llegó papá y mamá, se dieron un baño y después tomamos camino, llegamos a la plaza alrededor de las 6:57 p.m. varios compañeros conocidos (no amigos) ya estaban ahí, acompañados por sus padres.
En el kiosco, enfrente de la iglesia había un bonito jardín adornado y en el fotos de Gally, Malcom, Elian, Fabián, Vanessa y Ángela hasta una pequeña del director Umberto, hacían un círculo en donde ya había flores, más fotos, notas y dulces.
La iglesia estaba cerrada y la encargada alegaba con una de las mamás de un grupo que no había encontrado la llave y que esperaría a que el padre llegará, el tenía una copia.
Se llegaron las 7:00 p.m., justo cuando el sol se ocultaba y las velas empezaban a iluminar con más fuerza, llegó el padre, bajó de su auto y cuando sacaba las llaves, se escucho gritar a una persona, todos giramos
-Nooo, alto, puede pasar algo malo.- Era la subdirectora y la escoltaban dos policías y un hombre alto, con saco negro y gafas negras.
-Yo, yo no envié el mensaje, yo no organice nada de esto y tampoco los maestros o la escuela.- Murmullos se escucharon, los polícias con aquel hombre se acercaron al padre intercambiaron unas palabras y abrieron las dos puertas principales con cuidado y en ese momento muchos gritaron, y otros no soportaron hasta quedar desmayados.
Más de 200 personas reunidas en una plaza, en una iglesia, para ver, un cuerpo hecho con partes de otros, y con un mensaje muy claro:

"No quiero suspensiones, todos deberán regresar al colegio, es una orden."

Con tinta roja derramada por el suelo.

Sólo di media vuelta, camine al jardín y en el centro de aquellas fotos, puse mi jarrón con flores, las velas aún ardían e iluminaban el rojo de aquellas flores.

El Asesinato 224.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora