CAP 3: Invitación

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Después de la presentación tan esperada, que concluimos con grandes éxitos, nos dedicamos a darnos un muy bien merecido descanso, nadie se esperaba lo que hubiera seguido a continuación, uno de los auspiciadores más importantes nos invitó a una fiesta de gala en honor a la celebración de cierre por los agasajos de los festivales.
El señor Hadadrimon era el anfitrión de la fiesta, uno de los principales patrocinadores del festival, un egipcio muy poderoso en el continente europeo que hallo su fortuna en base a sus buenos negocios, y a los malos también. Todo el mundo sabía que tenía conexiones con el bajo mundo, pero nunca nadie lo había podido corroborar.
Por tanto tener una invitación suya a uno de los banquetes que auspiciaba era realmente un logro enorme, ya que indicaba que estábamos entre los grupos más destacados en la presentación del festival.
Mucho más alegres que nunca aceptamos gustosos la invitación, el problema era la ropa… no habíamos previsto un acto de tal magnitud, así que ni de broma se nos ocurrió traer ropas de gala entre las muchas cosas que habíamos empacado para el festival, así que estábamos en serios problemas, no podíamos presentarnos a un evento tan público y formal con ropas casuales, porque era obvio que la prensa estaría presente, y según nos comentó el que nos entregó la invitación… pasaríamos por la alfombra roja‼
― Que era esto Hollywood?? – pensé para mis adentros, pensé que eso solo lo hacían para las estrellas de cine, pero nosotros? Por un simple festival?... pues que plop!
― Que haremos con nuestras ropas? ― había dicho Laura, y se notaba realmente preocupada por el atuendo, yo que nunca me preocupe por las apariencias, esta vez era realmente chocante, porque ahora estaba representado a mi país…
― qué hacer? – me estaba preguntando por primera vez.
El encargado de darnos las invitaciones me miró fijamente por un largo rato, como si estuviera analizándome, y luego de una reverencia sugirió algo que me dejo helada.
― Si la señorita no cuenta con dinero para comprarse un nuevo vestido, podemos sugerirle un lugar donde alquilan trajes de gala, que pertenece al señor Hadadrimon.
― COMO??‼ ― preguntamos todos sorprendidos.
― No es la primera vez que ocurren cosas como estas, así que no sería novedad – mientras el muchacho hablaba no me quitaba la vista de encima ― además ustedes son representantes de su país ― agrego y apenas si dio una mirada a Laura ― será un evento público, así que si no tienen una mejor alternativa me gustaría llevarla al lugar, ya que sin autorización no se puede entrar allí.
― Claro que iremos! – dijo emocionadísima Laura y se colgó de mi brazo. El joven pareció percatarse de la presencia de Laura y asintió levemente.
― Ahora por favor ― se enderezo y abrió la puerta ― síganme.
Los muchachos estaban que no se lo creían, pero igual que todos nos siguieron, el joven nos dirigió a un auto negro, parecía una pequeña limosina
― El señor Hadadrimon debe ser un hombre realmente rico‼ ― decía Rafa en voz alta mientras subía al carro ― pero mira nada más que nave! ― decía maravillado mientras devoraba con los ojos el carro.
― Rafa…― le dije, notablemente incomoda por su comentario ― cállate! No estás en tu casa, así que no abuses! ― le llame la atención, realmente parecía que yo fuera la mayor del grupo después de Marce, pese a que era la menor de todos.
Rafa se calló y no dijo nada más en todo el viaje, pero bastaba con verle a los ojos para asegurar que estaba emocionadísimo. El chofer nos llevó por la zona residencial del centro de la ciudad, durante todo el trayecto el joven mozo que nos entregó las invitaciones no me quito la vista de encima salvo para responder en uno que otro rato las preguntas de los chicos acerca del lugar, de los edificios, y demás, pero mientras no le preguntaban nada solo me miraba.
Su mirada esta estudiada, como si quisiera desentrañar mis secretos con la mirada, me sentía acosada, su mirada era demasiado penetrante, me recordaba tanto a la mirada que sentí en la mañana.
La simple evocación de ese recuerdo provoco nuevamente otro escalofrió que me recorrió la columna vertebral, no me gustó nada, y este muchacho seguía sin dejar de mirarme, así que yo también me puse a observar al joven… ese juego de miradas… podíamos jugarlo dos...
Era un joven de tez blanca, casi albino podríamos decir, cabello corto de color castaño claro levemente ondulado, ojos negros, tan oscuros como la noche, porte elegante, no parecía tener más de 25 años, un poco arrogante en sus palabras, pero sumamente atento, demasiado para mi gusto…
Cuando salimos del carro, pude notar que era alto, como 1.80 más o menos, parecía que tenía físico, pero a través de ese terno que llevaba puesto no podría estar seguro, porque un terno puede esconder muchas cosas.
Lo que si me pareció un poco extraño era que cuando estábamos en el carro, realizo una llamada telefónica, anunciando nuestra llegada en un francés muy bien pronunciado, yo entendí un poco, bueno casi nada, pero si entendí que avisaba que llegábamos.
Una vez allí pude ver un edificio magnifico, de una estructura única, tanto arquitectónica como ingenieril, siempre me atrajeron los edificios altos, me encanta ver su armadura y demás… que puedo hacer? Si soy ingeniero civil… mientras analizaba maravillada la estructura exterior del edificio, me quede congelada en el ingreso, hasta que una voz me saco de mis cavilaciones.
― Señorita… sígame por favor, los demás esperan por usted dentro
― Eh? ― pregunte sorprendida, mire a mi alrededor y me hallaba sola en medio de la calle, me sentí sumamente molesta, no era la primera vez que eso ingratos me dejaban sola, y gracias a mis descuidos no era la primera vez que me perdía al perderlos de vista.
― Sígame por favor ― dijo llamando mi atención
― Eh?!… ― ofreció atento su mano para que la tomara ― si…eh… gracias… ― respondí nerviosa viendo su brazo que lo tendía hacia mí caballerosamente, no lo pensé dos veces… eche a correr dentro del edificio dejándolo allí parado con la mano extendida.
El muchacho solo me miro sorprendido mientras huía de él y con una media sonrisa de satisfacción se dirigió dentro del edificio.
― Vuelven a dejarme sola de nuevo… ― amenacé a Marce mientras lo zarandeaba de la camisa ― y no vivirás otro día para contarlo. Entendiste‼ ― grite muy enojada.
Odio sentirme vulnerable y en momentos como el de hace rato, realmente me sentí muy vulnerable porque no sé cómo responder ni cómo reaccionar. La caballerosidad me pone sumamente nerviosa.
― Si me permiten su atención un momento por favor ― llamaba el muchacho mientras con una media sonrisa se dirigía a mí ― las reservaciones ya están hechas, pasen por aquí a probarse los vestidos por favor ― y nos mostraba una serie de vestidores ― los jóvenes por favor pasen a su izquierda, allí los atenderán, si me disculpan yo me quedare con las damas.
― Uuuyy‼ nos llamó damas! ― me zarandeaba emocionada Laura mientras me murmuraba suavecito ― pregúntale como se llama!, su número de teléfono, todo‼
― Compórtate Laura ― le advertí ― no quiero estar cuidando niños de nuevo ― le respondí molesta ― vinimos para algo, no me hagas pasar papelones de nuevo!
Realmente cuando se trataba de chicos lindos, Laura olvidaba que estaba comprometida y me metía en menudos embrollos de los cuales apenas y si salía con vida.
― Señoritas, síganme por favor ― nos guio.
― Que atento… ― seguía susurrando Laura.
― Oh vamos… ya cállate! – le reclame molesta.
― Perdón? Dije algo que la molestara señorita? ― me pregunto el muchacho que de repente se dio la vuelta.
― Demonios, grandioso― pensé para mis adentros ― ahora pensara que se lo dije a él ― y mirando de soslayo a Laura, me la comí con la mirada ― no, no es nada, no se lo decía a usted – me disculpe mirando a Laura con cara de poco amigos ― Gracias…― le susurre por lo bajo.
― Qué lindo es‼
Yo ya no aguanté y estaba por soltarle menuda palabrota cuando el muchacho nos indicó que ya habíamos llegado. Era una habitación realmente enorme, del tamaño de mi casa, y todo estaba lleno de trajes, yo me quede con la quijada hasta por los suelos impresionada por tal cantidad de vestidos.
― Si gustan las señoritas pueden escoger entre los diseños que se presentan aquí.
Ni bien hubo terminado de hablar, ya Laura se encontraba en media habitación viendo los vestidos y gritando como loca.
― Mira Mel, este vestido es de Channel, temporada verano 2009‼ y este otro es de Liz Minelli‼ AAAHH aqui hay uno de Alfredo Angelo‼
― Oh! Por Dios‼― decía exasperada mientras instintivamente me frotaba las sienes y me dirigía a uno de los sofás cercanos.
― Se siente usted bien? – dijo una voz a mi espalda.
― No, para nada, solo de escuchar a Laura ya me dio migraña – respondí molesta sin fijarme quien era.
― Su amiga es demasiado inquieta por lo que veo – dijo la voz.
― No tienes idea… ― respondí recordando cuantas veces me había hecho lo mismo.
― Usted no escogerá un traje señorita? – pregunto el muchacho que apareció delante mío, lo mire sorprendida di la vuelta pero no vi a nadie.
― Si… ya… voy… ― dije sorprendida mientras miraba a mi alrededor.
― Pasa algo señorita?
― No había alguien aquí hace un momento? – pregunte nerviosa mirando alrededor.
― No señorita, el lugar está reservado solo para nosotros, sucede algo malo?
― No… nada…― dije y nerviosa me interne en el mundo de ropa que tenía delante de mí ― no sabía porque, pero me sentí tan nerviosa como esta mañana ― deja de ser paranoica Mel, terminaras enloqueciendo – me decía a mi misma tratando de calmarme – es imposible que sea él, y menos en un lugar como este, ese muchacho dijo que aquí solo entra gente exclusiva, nadie más, así que contrólate‼― me llamaba la atención a mí misma.

Enamorandose del demonio✔(68 Capitulos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora