My Heaven » hunhan o.s

My Heaven.

—SeHun, ya sal de ahí. —insistía JongIn, su mejor amigo, desde la puerta.

—No puedo, estoy estudiando. —contestó cortante.

—¡Por Dios, Hun! ¿Desde cuándo estudias? —bufó JongIn irritado.

—Ya te dije que no pienso salir, debo estudiar y sólo estorbas. —se oyó al moreno gruñir del otro lado de la puerta.

—¡Muérete! —gritó pateando la puerta y yéndose de su apartamento.

Cuando salió del edificio tomó aire para calmarse. Toda esta semana el pelinegro estuvo realmente distante y el moreno se hartó de estar los últimos días insistiendo e insistiendo y que éste lo ignorara o rechazara con la excusa de “Debo estudiar”. Será mejor que saque la mejor nota en ese examen o lo molería a golpes.

«¿Acaso lo habrá olvidado?» pensó el castaño mientras preparaba una de sus tantas maletas. «Hoy es mi última noche en Corea y SeHun sólo permaneció en su apartamento.» dijo en su mente preocupado. «Acaso... ¿No piensa despedirse?»

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—Minseok hyung, necesito tu ayuda. —dijo SeHun apenas el mayor abrió la puerta.— ven. —tomó su mano y prácticamente lo arrastró fuera de su casa.

—¿Para qué necesitas mi ayuda? —preguntó el más bajo mientras ambos caminaban por la calle. SeHun permaneció en silencio intentando encontrar las palabras correctas.

—¿Cuál era el telescopio que quiso LuHan hace tiempo? —Minseok agrandó los ojos y detuvo su paso.

—Sehun-ah, ese telescopio es realmente costoso si piensas comprárselo.

—Tengo más dinero de lo que crees, he estado ahorrando. —afirmó confirmando la suposición del mayor.— Sólo guíame y yo lo compraré.

—De acuerdo. —asintió volviendo a caminar.— Realmente lo harás feliz. —dijo el mejor amigo de su novio y SeHun se sumergió en sus pensamientos.

En estos tres años de relación LuHan solía comprarle regalos exageradamente caros o demasiado elaborados, SeHun no podía sentirse más feliz cuando su novio hacía tales cosas, no sólo por el regalo sino por esas cartas que le hacía confesando su amor. Si bien SeHun le hacía regalos, pensaba que no estaban a la altura, era consiente de que al castaño le molestaba que gasten mucho dinero en él pero debía hacerlo, este sería su último regalo.

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—¡Minseok, tengo que envolver mis cosas! —decía LuHan mientras era arrastrado por su mejor amigo a su coche.— ¿A dónde vamos? ¡Mañana salgo antes de almorzar y no tendré tiemp-

—¡Cállate y sube! —gritó haciendo sobresaltar al castaño y obedeció silenciosamente.

—Tendremos un viaje largo, intenta no dormirte. —dijo encendiendo el auto y LuHan asintió poniéndose el cinturón de seguridad. Minseok enojado podría llegar a ser bastante aterrador.

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—Con que era para esto... —comentaba JongIn acomodando la manta de césped.— ¡Me hubieras dicho, idiota! —golpeó sin mucha fuerza su hombro.

—Lo sé, lo sé.

—¿No tienes algo que decirme? —el mayor se cruzó del brazos. SeHun suspiró.