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El menor al escuchar aquella respuesta se quedó estático, no era capas de responder algo, simplemente se quedó sin habla.

—No es necesario que contestes, sólo... diré de una vez todo lo que siento— Se acomodó es su asiento, y tomo aire para lo que estaba a punto de decir— Jimin, me enamoré de ti, creo que fue desde la primera vez que te vi sólo que por idiota no me había dado cuenta, no fui capás de distinguir el cariño de amigos con el amor, no supe como decirlo desde hace ya mucho o muchos años, no sabia cual iba a ser tu reacción, pensé que lo que sentía estaba mal, que yo no me podía estar enamorando de mi mejor amigo. Pero ahora estoy seguro de que me enamoré completamente de ti, de tu forma de ser, de tu sonrisa, de tus pucheros, de todo, de todo tu ser—.

Jimin lo único que quería era estar en sus brazos y decirle que eso era lo mismo que el estuvo sintiendo todo ese tiempo. —Y... ¿Por qué no me lo habías dicho antes?.

—Por la única razón de que no sabia tu reacción, no sabia si me ibas a corresponder o no, no sabia si después de decirlo seguiríamos siendo unidos, pensé que me rechazarías— se le escapó una lágrima —Creí que me tratarías igual que el idiota de Jungkook, que me odiarías—. Más lágrimas salieron de los ojos de Yoongi, y amenazaban en salir de los ojos de Jimin.

—Yo nunca podría odiar a la persona que más he querido en la vida, a la única que estuvo conmigo después de los de nuestros padres, yo nunca... yo nunca podría odiar a la persona que amo—. Yoongi se aventó cuidadosamente a los brazos de Jimin, lo abrazó como nunca lo había hecho. Así se quedó algunos segundos y se separaron. —Yoongi hyung, ¿quieres ser mi...—

—No no no, yo debo preguntarte eso a ti— se arrodillo a un lado de la camilla —Jimin, ¿Quieres ser mi novio?—

En ese momento las lágrimas de Jimin salieron cayendo por sus mejillas, su corazón latía muy rápido, pero estaba seguro de su respuesta —Claro que si Yoongi—

Los dos estaban tan felices, sus corazones fueron tomados por la persona que amaban, su amor fue correspondido como esperaban.

El mayor se acercó al contrarió para darle un beso, un beso donde transmitía todos sus sentimientos, donde se demostraban lo que se amaban, el mejor beso para los dos.
Tuvieron que separarse por la falta de aire, maldito aire.

—Hyung, quiero estar contigo toda la vida—.


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—¿Cómo amaneció joven Jimin?— la enfermera que se encargaba de cuidar de el entró para traer su comida.

Jimin cada día se veía peor, su estado de salud estaba por los suelos. Estaba tan delgado que se marcaban sus huesos, tenia marcas de moratones por varios sitios de su piel; estos días sangraba su nariz casi todo el tiempo, perdía el aliento constantemente, y cuando intentaba levantarse sus piernas estaban tan débiles que no podía sostenerse.

—No me siento tan bien, en la noche intente pararme para ir al sanitario, pero mis piernas flaquearon haciéndome caer, tuve que despertar a Yoongi para que me ayudara. Me siento un inutil—.

La enfermera no pudo evitar soltar una pequeña lágrima al ver a ese joven, a una persona que tenia toda una vida por delante tan enfermo. —Me duele decirlo joven Jimin, pero es parte de su enfermedad, esto seguirá pasando hasta...—.

—Hasta que yo muera, eso lo tengo muy en claro, hasta que yo muera dejaré de ser una carga para todos, en especial para Yoongi—.

—No era mi intención decir eso, y usted no es una carga, a parte el joven Yoongi lo ama demasiado, por eso lo cuida tanto—.

—Soy una carga para el, lo único que hace es ir a la universidad y venir a cuidarme, vive más en el hospital que en casa, y tuvo que conseguir un trabajo los fines de semana para tener el dinero y pagar el hospital. Soy una carga—. Sus lágrimas no tardaron en salir, el se sentía una carga para todos, se sentía un inútil.

—Hola amor, ya estoy aquí contigo—. La voz de su novio lo saco de sus pensamientos, haciendo que inmediatamente limpiara las lágrimas. —¿Qué paso amor, por qué estas llorando?—. Dejó su mochila en una de las sillas y se acerco al menor.

—Los dejo solos— la enfermera salió de la habitación.

—Es que me siento una carga para ti, para todos, no puedo hacer nada por mi mismo, y... tengo miedo de que ya no me soportes y te alejes de mi lado—.

—Nunca lo haría, siempre estaré contigo, jamás me alejaría de ti—. Su voz empezaba a sonar triste.

—Por favor Yoongi, ¿quién querría estar con esto?—. Desató los cordones de la bata blanca que traía puesta, dejando al descubierto parte de su cuerpo, —Dime ¿quién querría seguir conmigo?—

A Yoongi le dolía verlo así, tan débil, tan enfermo, haciéndole esa pregunta, la cual rompió su corazón. No pudo evitar llorar, Jimin estaba despreciando su cuerpo, ese cuerpo del cual Yoongi consideraba perfecto.

—No hagas esto Jimin, tu eres perfecto, no tienes porque avergonzarte de ti, y obvio que yo seguiría contigo, toda la vida estaré aquí para ti—.







Adiós...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora