12.

1.9K 234 113
                                    


—Es hora de comer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Es hora de comer. Más te vale salir hoy Sooji, ayer no comiste y no queremos que estés en mal estado a la hora de la interrogación.— el oficial entró a la celda de la menor mirándola estando acostada en una de las esquinas del cuarto.

Con lentitud se puso de pie, haciendo que el guardia la mirara con interrogación. ¿En serio ésta chica hizo una escena violenta? No puede ni moverse. Sus pensamientos resonaban en su cabeza haciéndole sacudirla.

—Voy en un segundo.— informó la chica de pie frente al pobre espejo colgado en una de las grises paredes.

Habían pasado dos días desde que la chica había llegado a la celda y se había negado a comer de la comida, ya que era un error su estadía allí. Si tan sólo no le hubieran provocado, jamás hubiera llegado a tanto.

Suspiró rendida y salió de la sobria habitación junto al guardia con la mirada pegada al suelo. Una vez llegando a la habitación donde se encontraban los demás presos, Sooji tomó una bandeja con un plato de arroz y un plato hondo de caldo. El caldo estaba simplemente saborizado y el arroz parecía que estaba hecho de plástico. Sólo esperaba que Kylie viniera y decidiera ponerle pena de muerte.

—¿Puedo sentarme aquí?— preguntó un chico parado a su lado. Se veía mucho mayor a ella. Sooji asintió sin tomarle mucha atención y prosiguió comiendo.

Un chico, algo robusto de piel morena y ojos rasgados se sentó frente a ella. Por primera vez levantó la mirada cruzándose con unos ojos que parecían mirarte con amor.

—Escuché que estás aquí por algo que no fue tu culpa.— comenzó comiendo de su comida. —Supongo que compartimos la situación.— se encogió de hombros.

—Golpeé a una chica, ¿tú que hiciste?— dijo como si fuera lo más normal del mundo.

—Me metí con un hombre que golpeaba a su esposa hace mucho tiempo. Éste es mi décimo año en la cárcel por eso.— nombró. —Al hombre lo han mandado de igual manera a ésta cárcel y cada vez que peleamos, nos añaden más años a la condena.— explica encogiéndose de hombros.

—¿Por qué te metiste con algo que no era de tu incumbencia?— preguntó la chica dejando su comida de lado para proseguir con la conversación. 

—Porque no me gusta cuando un hombre se mete con una mujer. Yo la conocía, ella era inocente, y él la golpeaba y maltrataba a diario. Supongo que hice algo bueno, el hombre acabó en la cárcel antes de que pidiese hacerle algo a sus hijas.

Sooji suspiró mirando la mesa blanca con nostalgia.

—¿Cuantos años tienes?

—Éste año cumplo treinta años.— dijo con una sonrisa haciendo que sus ojos se achicasen.

La chica correspondió por un rato su sonrisa. Apretó sus labios y se preparó para preguntar el nombre del hombre, cuando entraron dos guardias dirigiéndose hacia su mesa.

—Señorita Bae Sooji, la necesitan para el interrogatorio.— habló uno de ellos mirando al chico sentado frente a ella.

El chico moreno pareció haberse atragantado al haber escuchado lo que habían dicho.

—Bien, en un segundo.— dijo ella limpiando sus manos para llevar la ropa sobrante a la basura.

Dispuesta a retirarse, el chico tomó su brazo haciéndola que le mirase. —Soy Son Hyunwoo. Espero que podamos hablar después.— La chica asintió y sin decir alguna otra cosa, se dirigió a la puerta de la cafetería para ser dirigida hacia el interrogatorio.

» ❄ «

—Tienen tiempo necesario para preguntar lo que gusten. Estarán siendo vigilados por la cámara de grabación y la ventana.— el hombre dio señales señalando la enorme ventana en la que no podía verse nada desde ese ángulo, pero desde afuera, los policías podían mirarlos.

Sooji no dijo nada, sólo asintió con sus manos encadenadas a la mesa. Miró a la rubia junto al chico que tenía enfrente y notó un labio roto, una gran mancha morada en su ojo izquierdo y una gasa en su frente.

El chico, por el contrario, se veía bien. Debajo de su camisa se marcaban las vendas y su cuello tenía pequeños moretones.

Sooji tragó el nudo en su garganta ante la idea que le perseguía en su mente: todo era su culpa.

—¿Cómo has estado?— preguntó Changkyun una vez el guardia se fue y quedaron los tres a solas.

Antes de que Sooji pidiera responder, Kylie rió con sarcasmo impregnado en su voz.

—¿En serio estás preguntando eso? ¡Es obvio que no está bien! Aquí en una sucia cárcel.— habló con asco. —Pero es lo que ella se merece.

Sooji simplemente bajó su cabeza conteniendo sus palabras. Sabía que si se ponía en contra de lo que le decían podría irle peor. Ella solamente quería ir a casa.

—Tengo un trato Sooji, y creo que te agradará si lo que quieres es irte.— habló Kylie con la mirada confusa de Changkyun sobre ella.

—¿Qué es?— habló con la voz hecha un suspiro.

—Levantaré la sentencia si no te vuelves a acercar a Changkyun y...— Kylie se puso de pie y se acercó al oído de la chica con la pesada mirada de Changkyun sobre ambas. — ni se te ocurra decirle a Changkyun sobre Hyungwon. Sé que nos viste esa noche y no dejaré que por caprichosa nos separes.— susurró mientras que los ojos de Sooji se engrandecieron. —Tú decides.— dijo por último antes de volver a su lugar.

Sooji levantó su mirada y aclaró su garganta, pero aquel nudo repentino no quería salir de su garganta.

—Vendremos la semana que viene, espero que tengas la respuesta pequeña Sooji.— mencionó Kylie tomando a Changkyun de la mano abandonando la habitación y dejando a una Sooji entre la espada y la pared.

Tenía dos opciones.

Lastimar a Changkyun con su silencio, sentirse culpable porque ella siempre supo la situación entre Hyungwon y Kylie; pero salir de la cárcel.

Ó

Hablar con el chico y que éste se separase de Kylie, aunque podría costarle la vida y la libertad.

Dios, ¿Qué debo hacer?

BORN TO LOVE ⚊ IM CHANGKYUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora