Es casi la 1:00 pm y no veo la hora de salir de este infierno, tengo hambre y mi mente divaga al compás de las palabras llanas de Mr. Cardona. Cuando por fin salimos escucho que alguien me llama:
-¡CELESTEEE! - Hago de cuenta que no he escuchada nada y eso la irrita más.
-¡ABIGAIL CELESTE JACKSON SALAZAR! –joder, como odio que me llamen por mi nombre completo, volteo la cabeza y ahí está Marrie, una de mis mejores amigas.
-¿Qué quieres Marrie?- le contesto con prepotencia.
-¡AAAAAYY! ¿Es en serio Less? –Sí, Less, así me llaman la mayoría de mis amigos -¿Estás celosa de Rachel?
-No, tranquila, vete con ella, nada pasa -le digo con sarcasmo, porque carajo, como odio a esa hipócrita.
-Vamos, tú sabes que eres mis mejor amigas Less, sabes que nunca te cambiaría por nadie, además estaba hablando con ella solo porque estamos en un trabajo de grupo juntas.
- ¡AAAAH! Vaya, ósea que ahora hasta en trabajos de grupos se hacen -digo aplaudiendo, lo sé, soy la reina del drama, ¿dónde está mi corona?
-¡AAAY! Me lleva el carajo- me dice y suspira -eres muy celosa Celeste, no tenía con quien más hacerme porque el día que indicaron las parejas no estaba, ¿recuerdas lo de mi hospitalización?
-Mmmm vale, ¡más te valía Marrie! –digo con una medio sonrisa
-Maldita loca –me dice mientras me abraza -. Cariño nos hablamos al rato por chat, debo des atrasarme y hacer unos trabajos, te quiero.
-Okay nena, nos hablamos al rato, te quiero pequeña.
Marrie y yo nos conocimos hace 8 años junto con Caroline. Marrie tiene 15 años yo le llevo 2 años, estudiamos en la misma preparatoria, estoy en el último grado de esta y Marrie está en tercer año de secundaria porque perdió uno.
Las tres solíamos ser muy unidas pero desde que Marrie se mudó, se ha ido perdiendo un poco el contacto entre ella y Caro. Caroline, está en la universidad haciendo su primer semestre de derecho, tiene 18 años, pero parece de 16, es muy pequeña; a pesar de todo las tres nos queremos mucho.
Llegué a casa, deje el bolso en mi cuarto y baje a la cocina, Joseph y mamá me esperan en la mesa para comer.
-Hola cariño, ¿cómo te fue?-pregunta mamá.
-Hola ma', hola Josh -le doy un beso en la mejilla a ambos- bien, algo movido pero bien.
-Eso me alegra, lávate las manos y ven a comer.
-Vale ma', también me cambiaré, pero no demoro.
Quince minutos después, sigo buscando que ponerme, había estado charlando por teléfono con Caroline y me había olvidado por completo de la cena.
-Muévete Less ¡TENGO HAMBREEEE!
-COME ¡CALAMBREEE!- le contesté gritando desde las escaleras a Josh. Al final opto por unos shorts y una blusa de tirantes porque el calor empezaba a agobiarme, camino al baño, me lavo la cara y las manos, me miro en el espejo y noto unas grandes bolsas grisáceas bajo mis ojos, no he dormido nada por estar chateando con Charlie, el me encanta... es tan... -¡CELESTE! ¿Te ha tragado el baño?- grita Joseph sacándome de mis pensamientos. Bajo las escaleras y llego a la mesa, mamá nos sirve a Joseph y a mí un plato de consomé y uno de arroz con costilla.
-¿A qué hora llega papá? –pregunto con curiosidad.
-Su turno de hoy es hasta las tres de la tarde Less, así que me imagino que estará aquí a eso de las cuatro cariño.
-¿Tú trabajas hoy?
-Sí, me voy a las cinco, hoy me toca trasnocho -nos quedamos un momento en silencio comiendo y de repente pregunto -Ma, el sábado estamos haciendo un plan con Caroline, Marrie y los chicos de ir a cine y luego ir a jugar Paint ball... ¿me dejas ir?...
-Lo siento hija, pero no, me da angustia de solo pensar que estarás tan lejos, el Paint ball está a la otra punta de la ciudad y aún estas pequeña para andar en esos lares.
Siempre con lo mismo, la decepción inunda mi rostro pero no me conformo con eso y en muestra de esto le contesto desafiante.
-Mamá ¿pequeña? -blanqueo mis ojos, un vicio que mi madre detesta -pero si ya tengo 17 años, no puedes andar sobreprotegiéndome de todo, si es de que me sucede algo malo, pasará incluso en la casa...
- ¡YA! -me interrumpe mi madre dando un golpe fuerte a la mesa con sus manos -¡HE DICHO QUE NO!, ¿acaso no entiendes que quiero protegerte y que es por tu bien? No quiero que te pase igual que... –una rabia interior me controla porque sé lo que dirá y sin pensarlo contraataco.
-¡MAMÁ! Ya supera la muerte de Mike, no nos pasara los mismo a Josh y a mí, hace 10 años murió, ¡no puedes cohibirnos a Josh y a mí del mundo!
-¡Ya basta Celeste!, cállate, es nuestra madre, ¡respétala!, era nuestro hermano, ¡su hijo!, tu nunca sufrirás su maldito dolor así que solo cierra la boca. –se pone de pie furioso y yo hago lo mismo, me marcho hacia mi habitación, dejando la mitad de mi almuerzo y un tenso silencio en el comedor.
Desde mi cuarto escucho que mamá está llorando a mares y ahora entiendo el dolor que causé, me siento mal, del asco, por haberle reprochado de tal forma la muerte de mi hermano cuando solo trataba de protegerme, Mike tenia justamente mi edad cuando murió estaba en una discoteca bailando y fue entonces cuando un grupo de personas armadas entra en ella disparando a diestra y siniestra haciendo que coincidencialmente una bala terminara en la cabeza de mi hermano. Es muy difícil que tú con tan solo 7 años disfrutando de las alegrías de la navidad, el 10 de ese mes, veas que tu madre se desmaye y tu padre llorando intente despertarla sin éxito.
No entendía nada, mi inocencia no me dejaba imaginar que sucedía, inocentemente pregunte que pasaba y mi padre directamente me dijo: "Mike murió". Así, sin más.
Aquel día enloquecí, empecé a llorar y gritar suplicando a Dios que no fuera cierto, prometí comer todas mis verduras y nunca responderle a mi mamá si lo traía de vuelta, prometí tanto pero nada ocurrió. El 12 de diciembre yo estaba ahí, en el cementerio, viendo como mi hermano estaba siendo enterrado, como mis dos tías cogían a mi madre para evitar que se abalanzara sobre el ataúd, viendo como mi abuela paterna abrazaba a mi padre y yo no dejaba de pensar en que tan solo hace dos días Mike me había llevado una Barbie hermosa de cumpleaños y que cuando mis padres recibieron la llamada yo, estaba destapando el regalo que me había dado mi hermano mayor... un golpe en la puerta interrumpe mis dolorosos recuerdos, la abro y ahí está mi hermano menor, que actúa mejor que yo, con tan solo 14 años es más maduro de lo que debería ser, las circunstancias lo obligaron a crecer demasiado rápido.
-No estuvo nada bien lo que le dijiste a mamá en el almuerzo Celeste –me dice con seriedad, mientras se sienta a mi lado.
–Yo... no... que-quería hacerlo –rompí en llanto de nuevo -Solo exploté y no medí mis palabras...
-Pues debes pensar antes de decirlas Celeste, no es la primera vez que haces esta clase de comentarios a mamá, si papá estuviera aquí te hubiese pegado y sé que tu temperamento fuerte no se quedaría retenido y le hubieses dicho algo también a papá y como él también tiene su temperamento fuerte no hubiera dudado en pegarte más fuerte, entonces ahí me tendría que meter yo a defenderte, también recibiendo golpes no merecidos... -Josh tiene razón, fui muy desconsiderada -¿ves lo que hubiera sucedido con solo el tu decir esa frase?
-Joseph tú no sabes el dolor que yo también siento, no me entiendes...
-No seas estúpida Celeste, eso no es justificación para tratar a mi madre de esa manera.
- Nuestra madre –aclaro.
-Si es tuya también, entonces trátala como tal, respétala.
-Okay, okay ya déjame sola, quiero dormir –Josh empezaba a abrumarme, él lo nota así que sale de mi cuarto sin despedirse, cerrando la puerta tras de sí.
Busco mi celular y mis audífonos, me pongo a escuchar música mientras me pierdo en ella hasta quedarme dormida.
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La oscuridad del día
Ficțiune adolescențiLa adolescencia no es fácil para absolutamente nadie, cuando todo se derrumba lo único que esperas es encontrar una mano amiga y a tu familia de apoyo. Pero, ¿qué sucede cuando las manos amigas te dejan caer y cuando la familia no es lo que parece s...