- Bueno, esta casa está dividida en una amplia cocina; un salón para reuniones; cincos baños; siete habitaciones; dos piscinas; un mini cine; un mini bar; un enorme jardín delantero y trasero, amo ese lugar; - se ríe, bajando unas escaleras. - una biblioteca y obviamente, un garaje. - murmura Rachel con un aire feliz. ¿Le gusta trabajar acá?. - ahora recorraremos cada sector y conocerás al personal.
Yo sólo asiento y la sigo. Vamos hacia un amplio comedor, donde hay un gran televisor y un sillón, acompañado de dos sofás. Agregando una mesa con sus perspectivas sillas. Un lugar muy hermoso y moderno, con un decorado dorado. Es decir, mucho oro y plata.
- En este lugar se les atiende a las visitas familiares del señor, nadie más. - murmura mirándome a los ojos. - Nada de visitas de negocios, hay otro lugar apartado para ellos.
- ¿Por qué no pueden venir? - murmuro curiosa.
- Como ya dije, un sector más familiar - sonríe alejándome de ese sector - al señor no le gusta juntar el trabajo con la familia. Me alegra que sea así.
Sin más que decir, me lleva a otro lugar. Por lo que veo es la cocina, donde me encuentro con muchas personas, es decir, tres mujeres y dos hombres.
Hay que aclarar que aquellas mujeres son castañas y los hombres son rubios. ¿Será así de estricto el señor o sólo es casualidad?- Muchachos - Murmura Rachel, llamando la atención de todos los presentes. - Les quiero presentar a Brooke, es la nueva Yetus. Hoy acaba de mudarse y se convertirá en una más. - Dice la mujer, cayendo toda la atención en mí.
Hay que decir que sus miradas son muy intimidantes y pesadas. Nunca me sentí así, yo siempre fui dominante.
¿Perdí mi clase elite? Entro en crisis.
- Soy Lauren - murmura una joven castaña de no mas de quince años, es muy bonita. No es muy flaca, pero tampoco gorda. Es normal. - ellos son Mike, Blake, Cloe y Meredith.
Saludo a cada uno con una sonrisa y los observo detalladamente. Meredith es media mayor, tendrá unos cuarenta o cincuenta años. Media gordita, con los dientes muy amarillos a mi parecer.
La que, creo, que se llamaba Cloe es muy bonita, flaquita con una cara de ángel. Y los chicos son lindos, con un cuerpo que podría llegar a ser de modelos de Calvin Klein. Inédito.Hablamos un poco de cómo es trabajar en este lugar. Me encargaré de la cocina y del comedor. Por suerte no tocare los baños, pero tendré que lavar platos. ¡No me gusta!
Me darán un uniforme específico para este sector, es dorado con negro, porque combina con los colores de los muebles, los adornos, entre otras cosas. Tendré que ser cuidadosa y cuidar cada detalle o seré castigada. No sé que tipo de castigo será, mientras que no abusen de mí, todo irá bien.- Bueno chicos, seguiré enseñándole cada lugar. - murmura saliendo por una puerta negra. - Nos vemos a la noche.
Dicha puerta nos abre al exterior, dándonos un paisaje tan hermoso y mágico. Me enamoré de este sitio y más con el chico que se estaba acercando. Hay que decir que los pelirrojos son un peligro para la sociedad, me flechó.
- Nicky, mi amor. - grita Rachel, tomándome por sorpresa. Corre hacia el pelirrojo y se dan un gran abrazo - ¿Qué haces acá, no tendrías que estar en Noruega? Estoy tan feliz de tenerte aquí.
- Volví, nana. - Murmura con un acento tan embriagador. - Extrañaba este lugar, mi gente. Allá no tenía nada que me detenga, acá los tengo a ustedes. - Murmura separándose de ella.
Supongo que me puse media colorada cuando su mirada cayó en mi, que ojazos. Creo que se dió cuenta de mi situación y me sonrió, yo encantada se lo devolví. Solo por cortesía.
- Uh, me olvidé de presentartela. - se ríe para luego mirarme. - Ella es Rachel, nueva del personal. Se encargará del sector tres.
- Mucho gusto, Rachel. - Se acerca y me da un beso en el cachete. Ay, cada vez me sonrojo más. - Tenés mucha suerte de estar en el sector tres, es más sencillo. Va, por lo que dicen.
Nos reímos los tres. Ellos con mucha naturalidad, pero yo no. Estoy muy nerviosa, ¿desde cuando soy así de tímida?
- Él es del sector cinco, jardinería - murmura la "nona".
- En realidad soy de jardinería, los animales que están allá atrás - señala a lo lejos unas cabañas. - y de mecánica. - me sonríe, pasando un brazo alrededor del cuello de Rachel. - Si algo no funciona, solo llámame.
- Muy chistoso, nietito. Andá, no pierdas tiempo o se enojara el señor. - murmura ella, empujándolo hacia aquellas cabañas.
- Tenés razón, tengo que bañar a los caballos y arreglar los focos de emergencia. - murmura mirando el cielo, cómo si tratará de recordar algo más - creo que eso nomás, mañana tiene la reunión de socios. - murmura yéndose. - Tenés que llamar a la organizadora de eventos, no te olvides nana. - grita haciéndome reír. Se nota que ese chico sexy es gracioso.
- Uy, casi me lo olvidaba. - se asombra, tapándose la boca. - Gracias, Nick.
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El Hombre De Las Mil Rosas.
Roman pour Adolescents> - Elizabeth Rosales. PROXIMAMENTE. ✖✖✖✖ Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya ser elect...