CAPÍTULO 05

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En verdad no comprendía absolutamente nada, ahora el celular de mi madre se encontraba en mi cuarto. ¿Nose cómo?, pero los sonidos que emitía eran cada vez más fuertes, que me llegaban a paralizar más y más.

Decidí colgar la llamada, algo no andaba bien, nada andaba bien. Me percaté de nuevo de los últimos mensajes que llegaron al celular de mi hermano, tendría que confirmar si eran de mamá. ¡Si lo eran!

¿Entonces quien los envió?

Volví a timbrar al número de mi madre, y este de nuevo sonaba a no más de 5 metros donde me encontraba. ¿Nose que hacer?, ¿Nose si gritar?, o salir corriendo, sé que no puedo escoger este último, porque afuera tengo un cuerpo decapitado que me impide abrir la puerta. Estoy perdido, el miedo me consume y ya no hay más lágrimas que derramar, de tanto llorar, creo que se terminaron absolutamente hasta la última gota.

Me recordé de algo, ¡Mi gato!, el gato con botas que siempre me acompaña cuando me recuesto a tratar de alcanzar el sueño. -Seguro que él es el causante de los ruidos-me miento pensando así mismo, sé muy bien que nada tiene lógica, pero solo me queda llamar a mi fiel compañero de todas mis noches.

-Botas, Botas, Botas as as-solo logro escuchar un eco que se pierde en el fondo de la oscuridad de mi cuarto, pasan no más de diez segundos, cuando empieza de nuevo el sonido que proviene de mi cama, esta vez con más intensidad. Agarro bien el palo de escoba, mi única arma de esta noche llena de misterios y confusiones.

Temblando y moribundo de tanto miedo, pienso en llamar a otra persona, el celular tenía un canje de 5 minutos para llamar a todo destino, me propongo llamar a papá. Y fue algo increíble...También el celular de papá sonaba y vibraba a la vez dentro de mi cuarto, en dirección a mi cama, en la misma dirección que se escuchó el sonido del celular de mi madre, creo que me estaba volviendo loco.

Pasaron largos minutos, largo tiempo, que a mi parecer fueron una o dos horas, me encontraba sentado en un rincón de mi habitación, con el palo de escoba en una mano, y en la otra el celular que se mantenía aun en modo linterna. Los sonidos se habían perdido, poco a poco empezaba a recuperar la tranquilidad. Con el pasar de los minutos medité un poco, me supuse que nada había pasado, todo era mi imaginación, y que mi conclusión era, que me estaba volviendo loco de tanto miedo y horror.

No pensé por ningún momentoponerme en pie, pensaba amanecer ahí, en ese rincón, detrás de la puerta paraque nadie entrase por si alguien venía de afuera. Trataba de alcanzar la pazabsoluta con el silencio que había creado en esos momentos, cuando mis oídosempezaron a escuchar algunos ruidos pobres que provenían del fondo de micuarto, eran susurros o palabras de alguien que se quedó sin voz. 

Me hago aldesentendido por el miedo, y trato de pensar en algo para impedir que el miedootra vez se apodere de mí. 

"Un sueño confuso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora