Capítulo 2

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Harry metió sus dedos a través del fino cabello en sus sienes mientras se miraba en el espejo. Giró la cabeza peinando con los dedos del otro lado, feliz de haber visitado la peluquería por la mañana. Dando un paso atrás, su mirada abarcó su cuerpo desnudo.

Inclinando la cabeza se estudió con cuidado, sus ojos siguieron la amplitud de su suave y blanco pecho, pasaron sobre sus antebrazos un tanto musculosos, y luego bajó hasta donde su polla asomaba por la zona del pubis cuidadosamente recortado. Al instante una imagen de cómo podría ser la polla de Louis cruzó por su mente. Sacudiendo la cabeza, cogió su ropa interior y pantalones.

Por fin vería a Louis por segunda vez esa noche y ese pensamiento lo había hecho dar tumbos en un frenesí durante todo el día. Las comisuras de sus labios se levantaron felices mientras deslizaba sus largas piernas en los pantalones. Había conseguido esperar todo un día antes de sacar la tarjeta del ojiazul y llamarle. Esa había sido la noche del pasado Domingo. Ellos habían hablado el uno con el otro cada día desde entonces ya que no habían sido capaces de reunirse. Demasiados compromisos de trabajo sobre ambos, pero las conversaciones íntimas solo los habían acercado más.

El rizado creía firmemente que esas conversaciones habían sido una forma de estimulación erótica. No había habido ninguna charla sexual, pero eso no importaba. Ambos hombres sabían lo que eventualmente iba a suceder.

Ambos entendían donde los llevaría su nueva amistad.

Como adulto, Harry nunca había elegido a un extraño por el mero hecho del sexo, como Niall hacía de manera regular. Harry siempre había tenido problemas para llegar a conocer al hombre con el que estaba saliendo, descubrir algún hilo del alma que les uniera, pero al final, siempre se alejaba porque su corazón no estaba en ello.

Louis era diferente, era como una bocanada de aire fresco en una habitación rancia. Él era divertido, pero también serio cuando era necesario.

El ojiverde le había contado cosas que nunca había hablado con nadie. Cosas como lo que había sentido al descubrir que era gay y las emociones y las luchas que siguieron. De cómo Gemma siempre lo había apoyado, pero que sus padres habían muerto sin saber los verdaderos detalles de su vida. Y mientras relataba cada hecho, Louis estaba allí para animar a Harry y hacerle saber que no había nada tonto sobre el miedo inicial al admitir su orientación sexual. Louis también compartió detalles íntimos de su vida que consolidó aún más un enlace tácito, vacilante.

La mano de Harry se detuvo en el aire cuando llegó a su camisa.

¿Harían el amor esta noche? Tan lento como se había advertido a sí mismo tomar esta relación, la alegría de encontrar a alguien que entendía cada una de sus miedos era tan emocionante como abrumadora. Y Harry admitió para sí mismo que cada vez que se imaginaba los hombros de Louis, los sexis ojos del hombre o incluso pensaba acerca de sus grandes manos ajustadas alrededor de su polla, era como un golpe en su estómago. Harry había cabalgado una línea muy fina de frustración sexual durante toda la semana.

Su verdosa mirada se lanzó al reloj al lado de su cama. Tenía menos de una hora para vestirse y alistarse antes de la puesta de sol. Louis le dijo que estaría esperando en la puerta.

Harry sonrió por dentro. Niall se le tiraría encima cuando el rulozo llegara al club con una cita.

Salió del taxi, con los ojos pegados en las espaldas de Louis mientras el hombre se puso de pie y se echó a reír con el gorila de la puerta del Sunset. El vello de los brazos se la erizó cuando este se giró como si presintiera que la persona a la que estaba esperando estuviera de pie en la acera.

-Hola Harry – Louis caminó hacia delante con la mano extendida. En lugar de estrechar la mano de Harry, lo agarró con fuerza, se inclinó y le dio un beso en la mejilla. - ¡Es tan bueno verte!

Perfecting Styles (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora