Tomé un lápiz y desempolve mi viejo cuadernillo,
no sabia de que escribir y tu risa resonó en mis oídos,
como si no hubiera pasado un solo dia,
como si no hubiésemos cometido ningún error,
y escribí sobre la blancura de tus dientes,
y los sentí morder de nuevo mi lóbulo,
para que voy a mentirte, recordé las rutas de tus dedos
y se escapo un gemido de mi garganta.
Te extrañé.
Pero no podía mirar por la ventana
sería creerme lo que estaba pasando,
que estaba yo, ahí, con mis pies junto a la chimenea
recordando las mañanas cuando despertaba
con tu calor entre mis piernas, tenía que sacudir todos los recuerdos,
lanzarlos a la chimenea.
Pero empecé a arder con ellos
como cuando ardíamos juntos,
pero ahora sola.Sin embargo no pude hacer nada,
me dejé llevar y escribí trescientas veintitrés paginas,
todas llenas de ti y de mi, de nosotros,
de nuestro tiempo juntos,
de los sueños de viajar a Berlín,
de tener una casa grande con hermoso jardín,
del huerto de manzanas que tendríamos al jubilarnos,
y de la escuela que pensábamos fundar.
Y el libro termino aquí,
Conmigo junto a la chimenea, con el invierno en la ventana
Y contigo en otra cama.
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Llamemoslo así
PoesíaVolvamos a todos esos sitios en los que fuimos felices. Retomando con un poco de fe y muchas ganas la poesía.