Luna llena

Día 2: Hospital

Al llegar la ambulancia, caí desplomada en la camilla justo al momento en que me senté, estando inconsciente en todo el recorrido - para evitar la vergüenza, después de que me contarán lo sucedido, me quise hacer creer que fue causa de la adrenalina que sintió mi cuerpo por todo lo sucedido -. Por suerte, el dolor había disminuido significativamente pero seguía con el malestar de lo sucedido.

Ahora me encuentro en la sala de emergencias de una clínica que le presta servicio a mi madre por el seguro de su trabajo, pero como mencioné antes, solo quedaba el malestar de lo que pasó pero aún no lograba ver exactamente.

Minutos después, alguien entra al cuarto dónde reposo hasta ser atendida y con curiosidad preguntó: "¿Quién es?".

- Querida, soy mamá. ¿Cómo te sientes, cariño? -Su voz sonaba preocupada pero cautelosa.

- Solo me quedó el malestar de todo lo sucedido, pero aún no logro ver.

Aún me estaba preguntando que fue lo que me pasó pero me daba miedo recibir esa información, no me sentía totalmente preparada.

– Y ¿Dónde está papá?

- Todavía está hablando con el doctor, cariño.– En eso, abren la puerta y es mi padre entrando.

– Allison, ¿Cómo te sientes?

Le respondí similar que a mi mamá. No había mucha diferencia en ello, a excepción de que sus tonos de hablar eran de traer malas noticias y eso no me estaba gustando.

- Nos alegra que te sientas mejor, cariño. - Dijo mi padre por los dos - Oye, Alli, el doctor me dijo que ese tipo de sucesos no suelen pasar de la nada ¿Te ha estado pasando seguido?

Es verdad que había estado teniendo complicaciones visuales en los últimos días pero no sentí que era algo de tal gravedad. Por lo menos, no algo como lo de hoy.

- Es verdad que desde hace un tiempo, he tenido ciertos malestares pero no tanto cómo lo hoy.

- ¿Que rayos? ¡Allison Michelle, si te sentías así ¿Por qué no nos dijiste algo?! - Sentí que mi mamá se le acercaba para intentar calmarlo pero sabía que eso no iba a ser tan fácil lograrlo. - Está bien, no debo ponerme así, disculpa, pero digo en serio ¿Por qué nos enteramos hasta hace poco?

- Porque cada vez que me acercaba para decirles, ustedes estaban ocupados y no me escuchaban en nada. Además, pensé que los dolores eran por el estrés del instituto y las molestias eran momentáneas, así que no le preste mucha atención.

- Oh... En serio, perdónanos por no prestarte la atención requerida por el trabajo. Pero eso no es excusa del que no nos dijeras nada. Hubo muchos momentos en que lo pudiste decir.

Estaba comenzando a tensarme porque se los dije en varias ocasiones y en todas fui ignorada o evitada por el trabajo. No era una niña para no comprenderlo pero me enojaba que me dijeran eso y fuera yo, la responsable de todo. Pero claro, esto se iba de mis manos, era mi salud.

- Hija - Mi padre colocó una mano sobre la mía - El doctor dijo que tienes una infección ocular. Hay que hacerte exámenes para detectar que tipo de infección es. - Su voz cayó un poco, pero sé que tenía en cuenta que el doctor dijo más de lo que dijo él.

Duré más de un día en la clínica sin poder ver absolutamente nada, a excepción de los exámenes que me hacían, debido que me habían mandado poner una venda en ambos ojos para evitar forzar la vista y no exponerme más a lo que no sabía aún que tenía.

Al cabo de tres días de tratamiento y exámenes, me dieron de alta en la noche para al día siguiente entregar los resultados de los exámenes que me habían hecho; así que, por fin, podía ir a mi casa a dormir más cómoda pero aún con vendas hasta que me diera la última chequeada el doctor con los exámenes en la mano. El acto sucedería horas después.

Cuando llegamos, me dejaron en el cuarto y les pedí que me dejarán descansar. Aunque lo último que logré hacer fue descansar porque estuve toda la noche, pensando en todo lo que pasó y no entendía como de un día a otro, podía estar así. Pero mis pensamientos se invadieron de un pésimo final del cuál era difícil remediarse.

Ja, que positiva estaba.