❖Blanco y Negro❖ ||Diabolik Lovers||

Capitulo 00

Regresar

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Los orbes carmesí miraban con sorpresa a la persona que estaba frente a ella en estos momentos.

El hombre de largos cabellos albinos dibujo una sonrisa entre sus labios que logró intimidar a la joven haciendo que esta retrocediera unos pocos pasos hacia atrás. Si bien, recibir visitas de aquella persona eran muy raras, solo las hacía si se trataba de algo sumamente importante relacionado con la familia u otros asuntos "personales". Normalmente solía hablar con el por teléfono o por chat para felicitarla etc, pero jamás recibía visitas por parte el.

- Toma asiento - la joven obedeció de inmediato al mayor sentándose en uno de los sillones de cuero negro quedando frente a él. - Shiro..- La nombrada se enderezó inconscientemente.

- ¿Si?

- Quiero que regreses a casa con tus hermanos. - Y ahí fue donde prácticamente cayo en la perdición. ¿Volver con aquellos malcriados? ¡Ja! Ni de broma. Tenía buenos recuerdo junto a sus hermanos, sí. Pero no quería regresar, simplemente no le apetecía.

- ¿¡Ahh?! - El albino mayor expreso con una mueca de molestia el aturdimiento por escuchar a su séptimo retoño gritar. - ¿Disculpa padre pero acaso escuche mal?

—No, asi como lo oyes Shiro, tu tiempo con los humanos ha expirado, es hora de regresar

— ¡Padre–!

—Lo se y lo agradezco shiro, gracias a ello he ganado mas popularidad como político pero dentro de unos cuantos meses se celebrará tu mayoría de edad lo cual tendrá dos efectos, uno positivo y otro negativo ¿Los recuerdas?

La albina bajo la mirada y asintió.

—¿Puedes recitarlas para tu viejo padre?— la joven trago saliva y de nuevo asintió.

—..A-Al cumplir los 18 años de e-edad deberé comprometerme con uno de los dos varones del Clan Tsukinami como ofrenda de paz y como garantía de la unión entre ambos clanes para así asegurar la restauración de dicha raza..— Karlheinz sonrió complacido— así mismo.. tomaré el trono y seré coronada como la próxima líder y soberana de los Vampiros..

—Bien dicho Shiro-chan, eres una buena niña.. Pero quiero que regreses a casa, tus hermanos han hecho de esta un desastre y necesito que pongas orden en ella además.. Quisiera pedirte un favor

—¿Un favor?— el mayor asintió. Los ojos carmines de la menor brillaron de inmediato y sus mejillas se tiñeron de un ligero tono rosado.— ¡Por supuesto! ¡Pida lo que sea Padre, lo haré, lo haré lo prometo!

Karlheinz esbozó una larga sonrisa.—Cuida de la novia de sacrificio mi niña.. Ya es la decimotercera que he llevado pero tus hermanos al parecer no saben "medirse" con ellas y terminan muriendo..

«O en muñecas gracias a Kanato» pensó shiro.

—Hace falta una mano femenina en la casa y eres la indicada mi niña— Shiro sonrió.

—¡Lo haré padre, confía en mi!

—Confio en ti cariño.