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Una desagradable y ruidosa mosca se posó en la puntiaguda nariz de Kim TaeHyung. Era viernes y su cuerpo lo sabía; tenía dos exámenes en los que no estudió por estar en una estúpida carrera que casi lo conduce a pasar la noche en prisión. Sus ojos pesaban; no había dormido sus correspondientes y sagradas diez horas de sueño, sino que esta vez había dormido tan solo cuatro horas, cuatro míseras horas. ¿Iba a ser posible siquiera escribir su nombre en la maldita hoja sin quedarse dormido y babear en ella?

—Mamá ha dicho que el desayuno está servid... —NamJoon había entrado a la habitación de su hermano como si de la suya se tratase. Su ánimo estaba por las nubes, o quizá el de TaeHyung estaba en el suelo. —Pero que cara de mierda tienes, ¿dormiste bien?

Todo mundo sabía que si TaeHyung no dormía sus correspondientes horas de sueño, tendría un humor de mierda durante una semana y posiblemente termine provocando la Tercera Guerra Mundial. Este sería exactamente el día en que esto ocurriría.

—¿Qué si dormí bien? —su voz sonaba un tanto seca y grave. Bueno, en realidad sonaba muchísimo más ronca y grave de lo usual. Tenía la cara hinchada y los ojos rojos, era incapaz de abrirlos, solo se podían ver dos líneas de pestañas que estaban ligeramente abiertas. —La pregunta correcta seria: ¿Dormí?

—¿Qué? —el hermano mayor de los Kim había abierto sus ojos a tal punto que casi se salen de sus orbitas. El dramatismo era algo de familia, algo hereditario. —¡¿Estás diciéndome que no has dormido en veinticuatro horas?!

—Mmh... —simuló estar pensando, mientras ponía una de sus manos bajo el mentón. —Sí, te estoy diciendo que no he dormido en veinticuatro horas y desearía estar muerto para no tener que ir a la maldita escuela y rendir los dos malditos exámenes, para los cuales no estudié por estar en una maldita carrera, con el maldito de YoonGi y... oh, no.

—Oh, sí... —respondió Nam con una pizca de satisfacción y curiosidad por haber resuelto el caso que tanto lo tenía pensando durante estos últimos cinco meses. —Vamos a tener una seria conversación luego de la fiesta.

—¿De la fiesta? ¿Qué fiesta?

—¿YoonGi no te contó? Bueno, creo que no porque me acabo de enterar esta mañana, pero... —suspiró para recuperar el aire— Jung HoSeok hará una fiesta, irá un mogollón de gente. Quizá hasta te lo puedas ligar, quién sabe.

—No tengo tiempo para tus tonteritas, Nam. —caminó hasta la puerta de su habitación, abriéndola en señal de "Vete y déjame en paz". —Jódete.

La familia Kim, se ha esmerado en que TaeHyung ponga toda su atención y se relacione con el único hijo de los Jung. El señor Kim, por muy adinerado que sea, está sometido a las órdenes de Jung MinHo: su jefe quien, quién es el padre de su adorado retoño, HoSeok.

Cuando Tae le conto a sus padres sobre su homosexualidad, jamás pensó que le buscarían un novio, ni que se lo tomaran tan bien; sin mencionar los litros de alcohol que su padre bebió durante semanas, cuestionándose por qué sus hijos no habían nacido normales. Hacerle entrar en razón costó más que superar el spoiler de tu serie favorita, es más, aún le cuesta asimilar que sus dos hijos sean gays. Aún así, dentro de su falsa sonrisa de comprensión, se esconde un ser cinico y arribista, que solo quiere ser el típico empleado favorito de su jefe, a expensas de la felicidad y dignidad de su hijo.

Eran las ocho de la mañana y TaeHyung estaba contra el tiempo, si no movía su trasero con rapidez, estaría en serios problemas, y no tenía muchos ánimos como para inventar una excusa creíble al director. Bostezó, rascándose el culo por encima de su querido pijama de Iron Man, el cual se lo sacó en menos de un segundo. Restregándose los ojos, entró al baño de su pieza, metiéndose a la ducha. Para una persona friolenta como TaeHyung, meterse a la ducha así sin más era una tortura, más aún si era pésimo regulando el agua. Siempre, siempre le salía muy fría o muy caliente, por eso regularmente metía primero sus manos y brazos, luego continuaba con los pies y piernas, y por último, la cabeza y el resto del cuerpo. Daba igual si era invierno, otoño, primavera o verano, él realizaba eso de todas formas. Como usualmente lo hacía, luego de estar bien duchado, se llenaba el cuerpo de crema humectante corporal. Simplemente amaba eso: ponerse el uniforme en un cuerpo fresco, era lo mejor. Pero aún así, seguía teniendo una cara de mierda. Rendido, sin saber qué hacer para cambiar esa horrible expresión, por una de armonía, bajó rápidamente las escaleras para devorarse el rico desayuno que le tenían preparado. Otra cosa sagrada para Kim TaeHyung: la comida.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2018 ⏰

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I don't fucking care. [»KookV«]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora