SECUELA DE DETENTION
Según Maddison Carter su último año de preparatoria se resumiría en caminar por los pasillos, sola, intentando no pensar mucho en su condenadamente sexy novio y en sus muy especiales amigos.
Claramente no es eso lo que ocurrirá...
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Muchas personas tardan años en encontrar al amor de su vida, muchas personas hacen promesas y pactos con personas que no les correspondían y terminan arrepintiéndose, creyendo que tenían a esa persona especial a su lado cuando no era más que una que no tenía que ser.
Es por eso y por incontables razones más que me siento tan afortunada de tener a Nate, me siento afortunada por tenerlo, porque sé que él jamás me haría daño, porque a su lado me siento segura, porque aunque no lo sabía siempre necesité a alguien como él y sin haberlo buscado lo encontré, no lo supe cuando pasó, pero el día en que entré a la sala de detención y lo vi con su aspecto desordenado echado en una mesa... todo dentro de mí cambió.
No sé como explicarlo, pero cuando conoces a esa persona especial, lo sabes y Nate es el hombre con el que quiero estar toda mi vida y sin él... mi mundo entero se derrumbaría.
Todas aquellas cosas se pasan por mi mente mientras veo a mi novio sin camisa preparar el desayuno en el departamento.
Insistí infinitas veces hacer el desayuno yo, pero se negó.
Lo bueno es que no veo la cocina incendiándose o un olor raro, de hecho huele muy rico.
Valerie salió hace un rato junto a Beth, Val quería pasar a comprar cosas para su madre y Beth se ofreció para acompañarla.
Ellas se llevan muy bien.
Hoy es viernes y Nate entra a la universidad más tarde, por eso pudimos tener este tiempo para desayunar juntos.
Llevo mi mano derecha a mi pecho, sintiendo la textura del collar que Nate me regaló en la navidad pasada, recordando que en aquel entonces todo era muy complicado entre nosotros dos, me duele al recordar que actuábamos frente a nuestros amigos como si nada pasara entre nosotros, como dos simples amigos.
—Igna—la voz de Nate me sacó de mi trance, se sentó frente mío y dejó las tostadas y el huevo en medio de los dos, junto con el café—¿Qué está pasando por esa cabesita?—preguntó con una risa.
Sonreí—Nada, da igual...
Alzó ambas cejas—Dime.
Rodé los ojos—Solo recordaba... Realmente estoy muy feliz de que estemos juntos de esta manera y teniendo un futuro planeado.
Sonrió—Uno que no está tan lejos y que espero ansiosamente.
No pude evitar que una sonrisa de oreja a oreja se apareciera por mi rostro, luego tomamos desayuno mientras charlamos, creo que la única ventaja de tener una relación a distancia es que cuando nos vemos tenemos muchas cosas para contarnos.
Luego de eso Nate se fue a la ducha para irse a tiempo a la universidad, me quedé dormida anoche mientras él estudiaba, si me dejan opinar, ver a Nate agarrar un cuaderno y estudiar fue más raro que escucharlo.
