Leonardo

Prólogo

                           

La tengo tan cerca que el olor de su cabello choca contra mis fosas nasales, su cabeza esta en mi pecho y yo solo sé que es mia, al menos por ahora, sé que en cuanto Billy regresé volverá con él, pero no me importa.

Sigo abrazándola hasta que se remueve para mirarme a los ojos.

—Quiero volver a ser tuya—Espeta tomándome por sorpresa.

Me quedo en silencio sin entender a donde quiere llegar con todo ésto. Acaso no le importa Billy—rio dentro de mi—Si no le importe yo, mucho menos él, supongo.

—Quiero volver a sentirme como antes, como esa noche—Vuelve a hablar.

Asiento y la tomo de los hombros para traerla hacía mí, la beso sin contemplaciones, la tiro en la cama sin apartar mis labios de su boca, se siente tan bien; ¿Cómo pude ser tan imbécil para perderla?.

Me separo de su boca para sacarle la blusa, pero el sonido de su celular hace que se pare corriendo.

No tengo que adivinar quien es, por su cara sé que es Billy, y también sé que cuánto cuelgue se arrepentirá de lo que casi hacemos.

Termina de hablar y vulve hacia mi, para mi sorpresa no intenta irse sino que vuelve a besarme de una forma desesperada; la separo de mi rápidamente.

—¿Qué pasa?—Pregunta desencajada.

—No voy a estar contigo si estás con él; no te voy a compartir.

—Sabes que no puedo; si lo dejo…—Su voz se quiebra y termina llorando en mi pecho.

Intento calmarla y después de un rato lo logro. Sus ojos estan hinchados pero aun asi esta hermosa, sus labios se ven tan… quito esos pensamientos y me centro en ella.

—¿Porque no puedes?—Pregunto intrigado.

Ella parece dudar pero responde.

—No te quiero volver a perder.

No entiendo a que se refiere, fui yo quien la perdio a ella; yo fui quien la engaño, por mi culpa casi termina muerta.

—Tu nunca me vas a perder, yo voy a estar aqui para ti siempre—Le dije para calmarla, aunque era sierto, nunca la dejaría.

—Hice algo muy malo...—Parecia arrepentida y apenada—Si te cuento se como vas a reaccionar y Billy es peligroso.

—Jace… Déjate de rodeos—Empiezo a ponerme furioso.

—Le debo mucho dinero a Billy—Espeta y oro a Dios para que no sea lo que estoy pensando—Estube drogandome y…

No tiene que decir más nada, me separo de ella y salgo de la habitación dando un portazo.

Jace viene detrás de mi y me toma del brazo.

—¡No me toques!—Le grito enfurecido.

Me suelta y cae en el piso llorando, me duele verla asi tan vulnerable, tan lejos de ser la mujer que era, la mujer de la cual me enamoré.

Bajo para esta a su altura y sin pensarlo la abrazo fuerte; por más que este enojado con ella no puedo dejarla sola.

—calma, estás conmigo…

—Solo lo hice una, dos o tres veces pero ahora le debo mucho dinero.

—Me las va a pagar—Es lo unico que digo.

—Leo no, no quiero que te haga daño—Balbucea.

—Entiendo que le debes dinero pero eso no es razón para que sigas con él. ¿Lo amas?—La pregunta me sale casi sin querer.

No me responde, parece sorprendida.

—Sabes, no tienes que responder; ibas a tener un hijo de él, creo que eso responde a mi pregunta.

—Solo por esta noche olvida a Billy, yo soy la que está aqui contigo—Responde simple.

Arremeto contra sus labios ferozmente, la levanto del piso al tiempo que con mis dedos seco sus lágrimas; ella se aferra a mi con sus piernas, y me sigue el beso.

La llevo a la habitación y vuelvo a ponerla en la cama.

—Te voy a llevar lejos de aquí, cazadora—Hace tiempo no la llamaba asi y eso hace que riamos—Te amo.

Se queda perpleja sin saber como repomderme, hasta que abre la boca—Yo también te amo, y mucho, más de lo que te imaginas.

Me ama, me repito una y mil veces por dentro, no ama a Billy me ama a mi, salto de alegría por dentro.

Volvemos a besarnos y esta vez si terminamos lo que empezamos.