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Hoshi había salido algo más tarde del instituto, por tener que quedarse hablando con una profesora. Tenía claro lo que iba a hacer: se daría una ducha, se cambiaría e iría a casa de Minghao a rogarle que lo disculpara aunque tuviera que ser de rodillas.

Al llegar, sus intenciones de subir a la segunda planta fueron truncadas por una voz desde la cocina que lo llamaba. Se dirigió allí mientras decía entre medios gritos que tenía que ir a casa de un compañero a hacer un trabajo, por lo que, tenía prisa. En el momento que entró por la puerta, se encontró sentado al causante de su gran problema: Mingyu.

¿Qué hacia el moreno en su casa?  Soonyoung estaba confuso, jamás le había dado su dirección y prefería que fuera así. ¿Por qué tenía una risa divertida en su cara? ¿Se estaba riendo de él?

─¿Qué haces aquí? ─Soonyoung preguntó directamente.

─¿No te ha avisado tu hermana? ─Empezó a hablar su madre. ─Ha invitado a su novio para presentárnoslo formalmente en la cena, hoy no irás a ningún lado.

Soonyoung empezó a recapitular todo lo que le estaba pasando: Su hermana estaba saliendo con Mingyu; su relación se iba a pique y ahora se le iba a complicar arreglarlo. Decidió ignorar, en la medida de lo posible, lo primero y centrarse en lo segundo.

─Mamá de verdad que es urgente, tengo que acabar el trabajo para mañana.

─No recuerdo tener ningún trabajo para mañana y vamos en la misma clase. ─Mingyu definitivamente quería joderlo en el día de hoy.

Su madre frunció el ceño.

─Dile al profesor que me llame si te recrimina no haber entregado el trabjo, hoy te he dicho que no vas a ningún lado. ─Dio un suspiro agotado ¿Por qué su madre tenía que ser tan cabezota?

─Bien, iré a cambiarme. ─O a intentar escapar.

─¿Podrías indicarme dónde está el baño? ─Mierda.

─Claro, sígueme. ─Soonyoung fingió una sonrisa delante de su madre.

Subieron las escaleras, Hoshi señaló la puerta del baño y posteriormente entró a su habitación. Suspiró fuertemente ante tanta frustración, poco le duró su momento de soledad cuando Mingyu se coló en su cuarto. Ya no sonreía como hace unos minutos abajo. Estaba serio y daba miedo.

─Me debes dinero.

─Ya lo sé, te lo voy a pagar, no hace falta que metas a mi hermana en esto, ¿qué mierda haces saliendo con ella? y peor, ¿qué haces presentandote formalmente?

─No eres el centro del mundo Soonyoung, que salga con ella no tiene nada que ver contigo. ¿Cuándo me vas a pagar?

─No lo sé...

─¿Cómo que no lo sabes?

─Tengo que conseguir el dinero aún, ¿vale?

Mingyu se acercó al más bajo, estaba notoriamente enfadado. Tomó la cabellera de Soonyoung y tiró de ella, este se mordió el labio para aguantar un grito y no llamar la atención de nadie que estuviera en su casa.

─¿Crees que dónde te has metido es un juego?

─No-o... pero necesito tiempo, de verdad.

Mingyu sacó del bolsillo de su chaqueta una pequeña bolsa transparente llena de un polvo blanco. Hoshi sintió que se le congelaba la sangre, para su desgracia sabía demasiado bien lo que era: cocaína.

Pronto un hilo de la sustancia se regía sobre el escritorio de la habitación. Mingyu, que en ningún momento había zafado su agarre, golpeó la cara de Soonyoung contra la mesa.

─¿No te gustaban tanto polvitos mágicos? Esnifa.

─No-o, por favor basta, lo he dejado; no quiero saber nada más del mundo de las drogas. ─Respondió Hoshi con un hilo de voz debido al dolor.

─Haberlo pensado antes. ─Rió. ─Tómatelo como un aviso de que quiero mi dinero, y hasta que no lo tenga tendrás que joderte y cargar con el peso de la adicción.

Soonyoung fue obligado a consumir toda la droga por un hombre que le doblaba la fuerza y no pudo evitar las lágrimas. Porque su trato con Mingyu no había salido bien. Porque tenía miedo de que la adicción que estaba superando volviera para quedarse tras esa noche. Porque tenía que cenar con su familia disimulando su estado. Porque no iba a poder hablar con Ming hasta mañana. Porque no tenía de donde sacar tanto dinero. Porque tenía miedo de no poder salir del pozo en el que había entrado hace dos años y no poder ser alguien normal y feliz.

Tiempo [svt, soonhao] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora