Cuando se lo fui a contar al señor Roberson (no sé por qué lo hice, no lo sé), él se apoderó del espejo diciendo que era una farsa (como siempre). Días más tarde le vi en la televisión, hablando del descubrimiento del espejo, que era su descubrimiento. En ese momento exploté. Inmediatamente fui a las pirámides (pese a las advertencias de mi tía, que me decía que siempre hacía eso con todos los arqueólogos, cosa que me enfureció aún más) y en medio de su entrevista entré y le dije:
-Disculpe por molestar y les ruego que no me interrumpan. Le felicito por el "descubrimiento", pero he de decirle que no es su descubrimiento, es el mío. He de decirle que los descubrimientos de los últimos cinco meses son mis descubrimientos. He de añadir que usted no ha descubierto nada, que lo han descubierto los arqueólogos que trabajan allí y no usted que está todo el día tumbado en una silla y metiéndonos prisa - dije, viendo la cara del señor Roberson que me miraba con indignación y se notaba que tenía que estar pasando mucha vergüenza.
- Esto ... esto es mentira - dijo el señor Roberson, intentándose defender- Yo descubro todo lo que hay en mi lista de descubrimientos, por cierto, están todos recogidos en mi libro "Descubrimientos Asombrosos Egiptiosos de Roberson". Y tú eres solo una niñita que no quieres más que protagonismo.
- Bueno, jajaja - dijo la presentadora - esta niña nos está diciendo que ella es la descubridora de los mejores descubrimientos de la historia egipcia, ¡qué chiste!
Me entraron ganas de llorar, no sabía qué hacer.
-Disculpa que te diga que es verdad - dijo mi tía, rodeada de otros arqueólogos, que estaban furiosos con él - nos ha estado quitando nuestros descubrimientos.
- ¿Es eso verdad señor Roberson? - Dijo la presentadora asombrada y al ver la cara de éste.
- Bueno... no sé qué decirle... no son míos... ¡pero han sido descubiertos gracias a mi ingenio! -Trató de defenderse el señor Roberson.
- Eso no es verdad - le respondí.
Una semana más tarde le detuvieron y le mandaron a la cárcel. En aquel momento nos repartieron los premios que nos correspondían y me hice muy famosa, entre muchas cosas por mis descubrimientos sobre Nefertiti.