.~cuatro~.

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Noche 4

-Oye, en una hora me estoy yendo. ¿Vas a estar bien solo?

Jimin estaba por terminar su horario de trabajo y en media hora volvería a su casa para descansar. Era un día lento y no tenía que estar corriendo por todo el restaurante sirviendo mesas, pero estar parado durante seis horas era cansador. Aun así, no quería dejar las últimas tres horas a Taemin para trabajar solo. Siempre se ofrecía para quedarse un rato más para ayudarlo pero su amigo le decía que no y que se vaya a casa.

Estaba terminando su turno, contando propinas, metiendo dinero a la caja registradora, limpiando mesas que había servido y alguna que otra cosa que tenía pendiente.

El sonido de la leve lluvia de afuera se hizo presente dando indicación que la puerta se abrió y que un cliente entró al restaurante. Jimin no miró hacia la puerta o a la persona y siguió haciendo lo último que le quedaba para irse en treinta minutos.

Podía sentir la presencia de Taemin acercándose a su propio cuerpo y su cabeza cerca de la suya. -Mira quien vino. -Estaba susurrando. Jimin llevó su mirada al frente, buscando a algún sujeto que reconozca y ciertamente lo encontró. Reconocía tan bien esa cara, esos ojos, esos labios...

Era una lástima que Jimin se tenía que ir y por más de que quisiera quedarse a servirlo a él (y a su pareja) no le estarían pagando las horas extra.

Soltó un suspiro y se alejó de Taemin. -¿No vas a ir? -Jimin sacudió la cabeza y siguió arreglando lo que le faltaba antes de irse. Su amigo se encogió de hombres y con una libreta en mano caminó hacia la mesa. El rubio observó como Taemin hablaba mientras el hombre le respondía con el ceño fruncido. Estuvieron así por un par de segundos más hasta que Taemin volvió junto a Jimin.

-Me preguntó por qué no fuiste a servirlo. -Jimin tenía tantas ganas de ir hacia el hombre y escribir lo que quería. Poder escuchar su voz y hablar con él aunque sea solo por medio segundo. -Le dije que tu horario de trabajo estaba por terminar.

Taemin desapareció de la vista de Jimin volviendo minutos después con una botella de vino en sus manos y dos copas de vidrio. Vio como el hombre le dio las gracias y se quedó sentado esperando a su cita.

Los minutos pasaban y Jimin pudo ver lo inquieto que estaba el hombre. Su pierna moviéndose a cada rato y su cabeza girando para ver la puerta. Miraba la hora en su reloj y ocasionalmente sacaba su celular. Jimin pensaba que era para revisar algún mensaje.

Con el delantal negro en mano se dirigió al fondo del restaurante donde se encontraba el vestidor para hombres. Tomó su mochila y volvió al frente del lugar. El hombre seguía igual de solo con un asiento vacío pero esta vez más inquieto. El vino todavía estaba sin abrir y las copas sin servir.

-Creo que no va a venir. -Quizás había hecho una mala decisión en acercarse al hombre pero no podía evitar escuchar su voz antes de irse.

El hombre levantó su cabeza para mirar al rubio, -Tienes razón. No debería seguir aquí después de media hora solo. Oye, -hace una pausa, ligeramente nervioso -¿crees que me cobraran por ordenar el vino? Porque no lo abrí.

Jimin se encogió de hombros, -Nunca había pasado esto pero creo que no. -El hombre asintió e hizo una mueca.

-Jimin, ¿ya te vas? -Taemin se estaba acercando a los dos parando a un metro de distancia. -Ah señor, ¿va a querer ordenar algo?

El hombre sentado estaba pensando en que decir. Ya había llegado al lugar y tenía algo de hambre pero no quería estar solo. Estaba esperando comer con una persona increíblemente hermosa pero no apareció. Dudó en decir lo que estaba por preguntar pero lo hizo de todas formas.

Cherry Wine || K O O K M I NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora