Prólogo

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- ¡Andreeeeww!- Alargue su nombre, al instante apareció la melena castaña despeinada de mi mejor amigo.- Debemos apresurarnos es nuestro primer día y no podemos llegar tarde.- Mordí mi labio inferior.

- A la orden.- Hizo un ademán y desapareció por el umbral de la cocina.

Centré mi atención en los sándwiches que preparaba, tomé el pan y listo. Había terminado, ahora solamente tenía que esperarlo.

Miré el reloj y solo faltaban 20 minutos para que nuestras clases comenzaran.

- ¡Listo!- Lo mire y se veía bien, a comparación mía, que no sabía exactamente qué ponerme. No me culpen, en mi vida había tenido que asistir a una escuela repleta de mortales.

- ¿Estamos seguros que aquí el chico eres tú?- Reí.

- ¿Tan sexy me veo?- Rió.

- Te ves bien, a comparación mía.- Tomé las llaves de la casa.- Ya hay que irnos.

(...)

Desde afuera el instituto se veía muy bien, tenía dos murales gigantes a los lados, pintada de color beige. Con un título enorme. "Academia Internacional" a su lado colgaba la bandera de Estados Unidos.

- ¿De verdad crees que sea tan malo como parece?- El castaño habló.

- No lo creo, vamos, ahora sí tenemos  que saber lo que es ser libres.-Tomé su mano y caminamos hasta la entrada.

La vida da demasiadas vueltas, el mundo parece demasiado pequeño, cuando quieres que todo vaya a la perfección siempre habrá algo o alguien que te impedirá lograrlo. En mi caso es "algo" que da a alguien, he vivido con esto durante siglos, ellos dicen que es un "don" yo prefiero llamarlo desgracia.

Perseguidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora