[ CF ] Case file ;; Supeapi fic's

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- ¿Cómo que lo conoces? -respondió al instante con el ceño fruncido, apretándole fuertemente una mejilla.

- Yo... -había soltado un pequeño gemido de dolor, cosa que la obligó a retirar la mano de su compañero. - ¿Sabes qué? Déjame pensar y quizá, recordarlo, no quiero ilusionarte. -se fue, tomando la foto en manos, siempre con delicadeza.

Albert lo había escuchado todo, Albert había notado como su novia estaba empezando a enloquecer por ese odioso niño. Albert no dudaría en darle un dolor de cabeza más.

- Ambos son idiotas. -había visto como Wilson había salido de la oficina, con una ceja arqueada. La puerta estaba a punto de cerrarse, siendo detenida por su propio pie.

Entró con una mano en uno de sus bolsillos, sosteniendo la mano de su novio, demasiado fuerte. Le había dado un fuerte susto, y más esa mala vibra que Jorge siempre sentía al estar cerca de él.

- ¿¡Qué putas te sucede, Jorge!? -gritó sin importarle que quizá, alguno de sus compañeros pasase por aquella rechinosa puerta. Valencia volteó, con una mirada confusa.- ¡Tienes una adicción con ese maldito niño! ¡Olvidaste que soy tu novio!

El de cabellos castaños rodó los ojos, dejando escapar un suspiro pesado.- No. -soltó aquél agarre, mirando con algo de asco.- Tú eres el que lo olvidó, ¿crees que no sé que me engañas?

A pesar de estar en aquella dolorosa e incómoda situación, parecía calmado, más de lo normal, podría ser una causa más del enojo de Albert. El moreno sacó una navaja de su bolsillo, dejándole un corte en la mejilla derecha al mayor, bufó.

- ¿Sabes qué? -Jorge llevó una mano a la zona adolorida, cubriendo aquél corte, el cual, había comenzado a sangrar y sangrar.- Adiós. -se retiró de allí.

Albert, por su parte, tomó una de las copias de las fotos de Blair que se encontraban en una pequeña mesa, rompiéndola.

- Hijo de puta.

(. . .)

Valencia no deseaba ver a nadie, simplemente, quería morirse o desaparecer directamente. Su maldito novio se había retirado de la oficina hace ya más de una hora, consiguiendo entrar a esta y refugiarse para ocultar su depresión.

No había dudado en cerrar la puerta con seguro para evitar que algo parecido sucediera otra vez, o quizá, para evitar que Albert entrara con aquella con aquél arma y decidiera matarlo de una vez por todas.

Aunque, tampoco le molestaría que lo hiciera.

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— ¡Déjame, por favor!—gritaba con desesperación el menor, sacudiendo sus piernas para que Albert lo soltara.

Era aquél niño perdido siendo sostenido por el moreno, estando a punto de ser apuñalado. El pequeño mostraba su pálido cuerpo lleno de heridas, moretones y arañazos, Jorge no podía entender nada.

Y, simplemente, hizo lo que pudo.— ¡Suéltalo, mierda!—intentó separar a aquellos dos pero había recibido una mala mirada de su novio, esa mirada que lo aterrorizaba noche tras noche. La odiaba.

— ¡Lo voy a matar, Valencia!—le hizo un pequeño corte en el estómago, mandándole una amenaza directo al corazón a su pareja.— ¡Los voy a matar!

Cumplió sus palabras, empezó a apuñalar al niño una y otra vez, sin piedad, como si disfrutase de asesinarlo y ver su sangre derramarse poco a poco. Blair cayó al suelo; sin felicidad, sin energías y sin vida.

— ¡Jorge!—despertó al escuchar desesperados toques en la puerta. Pudo reconocer esa simpática voz, la cual se convertía en intimidante al aquella persona ponerse seria. Era Francisco.

— Voy, voy.—respondió en un grito, su voz sonaba ronca. Había dejado escapar un profundo bostezo al dirigirse a la puerta y abrirla, topándose con la figura de su compañero.— Hey, Franc. ¿Qué tal?

  El joven sonrió con simpatía, era algo tan típico suyo.— La señora Johnson te busca, necesita que vayas a su hogar.—bajó la mirada hacia unos papeles que tenía en manos.

— Oh. . .