Capítulo Uno

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Marinette Dupain-Cheng era una de las diseñadoras de la empresa de moda Inditex y sabia que la regla número uno en la profesión era no enamorarse nunca de ninguno de los trabajadores de la competencia, Gabriel.

Por primera vez en siete años, Marinette se sintió tentada a arriesgar su puesto de trabajo. Dejo a un lado el pincel de dibujo mientras recorría el salón con la mirada y la posaba en la puerta de entrada de una de las oficinas principales de la empresa situada en la ciudad de París, donde Marinette trabajaba. Allí estaba. Su amor del instituto, Adrien Agreste.

Estaba parado frente a su hermanastro, Felix Agreste, sin saber que todo el mundo llevaba hablando de él cinco meses, el tiempo que hacia que había vuelto a su ciudad natal. ¿Por qué no se había convertido en un trol? En su lugar los años le habían sentado muy bien, y estaba todavía más guapo que cuando estudiaban juntos. Y eso que por entonces ya había estado para comérselo.

El cabello rubio le había oscurecido y sus ojos verdes seguían siendo fríos y duros. Sus fuertes músculos habían adquirido una madurez solo imaginable durante la adolescencia cuando Marinette lo había abrazado en el interior de su Chevrolet. Su traicionero cuerpo sintió calor solo de recordarlo.

Al parecer, ella no había llamado su atención. Desde que había vuelto, ni siquiera le habia hablado una vez. Al menos podría haberla saludado. Marinette tenía incluso la sensación de que la evitaba, por lo visto, se había convertido en una parte insignificante de su pasado.

El muy cretino y engreído se merecía un portazo en la cara, además de ignorarla a ella, había pisoteado los sueños de muchas personas en Paris. Nada más llegar a la ciudad convertido en todo un magnate, la gente había esperado que salvase la reputación de la ciudad, con todos los akumas y los daños hechos por Hawk Moth, a la ciudad de París le había costado seguir adelante. Pero por más que lo intentaban la gente solo visitaba dicha ciudad para conocer a los grandes heroes Ladybug y Chat Noir, sin embargo, luego de la gran batalla desatada donde vencieron a este gran villano, ambos super héroes desaparecieron sin dejar rastro.

El mes anterior, el "LE PARISIEN" había publicado un articulo anunciando que Adrien Agreste tenía pensado detener toda producción de artículos de Ladybug y Chat Noir por los daños y perjuicios que le hicieron a la ciudad luego de la ruin batalla.

Marinette se puso furiosa solo de pensar en aquel artículo del periódico... Toda la economía de parís podría estar en la ruina, sus padres podrían quedarse sin trabajo e incluso perjudicar a estos grandes héroes haría que el mundo entero viese a esta ciudad que en algún momento fue muy popular por ser la "Ciudad del Amor", se convirtiera en la ciudad más peligrosa del mundo.

Alguien se aclaró la garganta, interrumpiendo sus pensamientos. No quería que nadie la viese mirando a Adrien y confundiese su curiosidad con un renacido interés. Como esperaba ver a su jefa o a una de sus compañeras, se giró y vio a su abuela, que estaba de brazos cruzados y con las cejas arqueadas.

Estaba atrapada. Nadie engañaba a Gina Dupain, pero lo mejor que podia hacer era comportarse con frialdad. Miró a su abuela a los ojos, mirar a la abuela Gina siempre habia sido como mirarse en un espejo que reflejara varias décadas de adelanto. Compartían incluso el temperamento, ambas eran muy impulsivas. Aunque con el paso de los años, Gina era cada vez mas extravagante. Marinette la adoraba porque su abuela siempre la había conocido muy bien desde su visita a paris cuando ella cumplia los catorce años.

- Hola, Abuela Gina. ¿Has venido a ver algun diseño?- Le preguntó.

Gina había frecuentado bastante la empresa cuando había sido secretaria personal de Amancio Ortega, el anterior dueño de la fábrica.

¿SOLO POR DESEO? +18 | Miraculous Ladybug FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora