Nicolas Bellerose

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Capítulo 9


No muchos me esperaban, eso creo.

Si estoy obligado a contarles de mi vida privada será a mi modo. Me catalogaré de forma subjetiva, obviamente. 

Mi nombre es Nicolas Bellerose, mi padre nunca me dio su apellido por razones de mi Mamá, solo adopté el apellido materno, de hecho hubo un problema grave con eso. Claro desde que tengo memoria mi madre nunca fue cuerda. 

Tengo 16 años, y odio a las personas que dicen "Tengo tal edad, y cumpliré tal edad". Me FASTIDIA, es como que yo diga: "Tengo 16 y cumpliré 17" NO ME DIGAS. Bueno, sé que no tiene nada que ver conmigo pero igual.

Soy odioso, pero... No olvídalo, si soy muy odioso.

Los primeros años de mi vida, tuve amigos, pues vivía en una comunidad donde si me dejaban socializar. Francia, sí. Mi madre y padre son de Paris, pero yo usualmente soy de Marsella. Siempre fui de ambientes cálidos y el frío me hace mucho daño. Nuestra antigua casa en la orilla de una playa. Por eso mi padre decidió vivir cerca de una playa en Maceió, para que yo me adaptara mas y me sintiese en casa, pero sinceramente nunca lo iba a lograr.

Mi padre y yo escuchábamos muchas canciones, desde "La Vie En Rose" hasta "Hotel California". Y mi madre decía que no le interesaba la música,  ella estaba más concentrada en su trabajo. 

Mi familia se dividía en 2, mi padre cuya personalidad era alegre y despreocupada. Y mi madre, la que siempre trabajada, nos compraba la comida y nos regañaba a ambos por nuestra vagancia. Un día mi madre se molestó tanto que nos amenazó con abandonar la casa si lavábamos una olla, mi papá rió y me dijo que no pasaría nada, yo era un niño muy pequeño y le seguí la cuerda. Exacto, no lavamos UNA OLLA, y se fue. 

  —¡MALDITA SEA! Estoy harta de ustedes dos. No hacen nada, solo los mantengo. ¡VIVAN SOLOS A VER SI VIENEN CORRIENDO A MÍ PIDIENDO AYUDA!  — Mi madre exclamó 

  — Mi amor, no te enojes. No sabía que lo decías en serio. — Mi padre trató de tranquilizarla, pero la escena era increíblemente graciosa. Pues mi mamá ya de por si era alta, tenía tacones. Mi padre siempre fue un poco más bajo que mi mamá. 

  — ¡Adiós!   — Cerró la puerta con una gran fuerza, llevándose consigo unas grandes valijas.  

Miré a mi Padre y con los ojos brillosos e inocentes le pregunte.

 —¿Mi madre volverá?— A lo que mi padre instantáneamente  me sonrió con nervios y lo dudó, contestando con "Eso Creo".

Había pasado un día entero y solo habíamos comido una pizza que mi padre compró. Dormimos sin luz y con calor pues se había explotado un poste de electricidad de nuestra casa. Pasaron los 5 días y se habían acabado las frutas y comida de la despensa. Mi padre fue al mercado de la plaza a comprar, cuando regresó había comprado frutas muy maduras y no supo escogerlas ya que unas estaban a punto de pudrirse.

Y parecíamos dos indigentes sentados en el boulevard pidiendo un poco de dinero, mi madre se había llevado sus ahorros y mi padre no tenía dinero. 

  — Se aguantaron, ¿Su orgullo es más grande que pedirme ayuda?, ya pagué los impuestos. Vayan a la casa, se bañan y les invito a un restaurante. — Mi madre se acercó sonriendo y con 2 helados en su mano. — Tal vez eso les deje con una lección, TODOS trabajamos en esta casa.— Mi padre y yo nos miramos y después bajamos la cabeza intentando no reír.

Uno de los mejores recuerdos que tengo de mi madre. Fue cuando me llevó de vacaciones a Marruecos, unos meses antes de que me quitaran a mi madre...

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