Era un día frió a finales de otoño, el cielo estaba cubierto de nubes grises, se acercaban las siete de la noche; la ciudad de París ya empezaba a oscurecer, poco a poco el cielo se tornaba de un color violáceo indicando la pronta llegada de la noche, las luces de los faros empezaban a encenderse una a una a lo largo de las calles, la niebla era clara, el frió no era tan intenso sin embargo al hablar tu aliento formaba una pequeña nube; en ese momento Félix se encontraba en el parque leyendo su libro favorito mientras Bridgette al conocer sus hábitos y su horario al pie de la letra sabía exactamente donde podía encontrarlo, cuando llegó aquel lugar se quedó observándolo a lo lejos esperando que él no la viera mientras reflexionaba un poco más su decisión, cuando estuvo por completo segura de lo que iba a hacer y decir, dio un gran suspiro para luego empezar a acercarse a él tímidamente con su expresión de "tonta enamorada", como solía decirle su mejor amiga Aly; por supuesto el joven ya se había percatado de la concurrente presencia, pero espero a que ella estuviera justo frente a él para levantar la mirada con su característica cara de seriedad mientras bajaba su libro lentamente:
– ¿Bridgette?– preguntó el joven mientras, sin quitar la mirada de la chica, cerraba su libro luego de marcar la página que estaba leyendo.
– Hola Félix– dijo ella sonriendo, era normal que tartamudeara en presencia de él, pero intento controlarse porque de otra forma lo que tenía pensado hacer sería imposible.
– Hola, ¿Pasa algo?– cuestionó el levantándose de la banca para verla mejor y no ser irrespetuoso.
– No, descuida– la chica dio un pequeño suspiró antes de proseguir, dejando sus nervios de lado–. Solo quiero hablar contigo, es importante para mi decírtelo hoy.
Él se sorprendió ante la actitud que mostraba ella en ese momento, habitualmente ya lo habría invitado a salir sin siquiera saludarlo, mostrándole entradas para ir a algún lugar, pero al chico le daba curiosidad saber el tema del cual quería platicar la joven.
– Ya veo– no era muy expresivo con su rostro por lo que le fue fácil no mostrar curiosidad, levanto la mirada hacia el cielo para continuar hablando–. Es un poco tardé ¿no crees?
– Eso creo– ella por curiosidad también miró hacia el cielo.
– Pues vamos a mi casa, claro si quieres.
– ¿A tu casa?– dijo un tanto sorprendida.
– Hace algo de frió y quieres hablar conmigo sobre algo importante ¿verdad? – seguía mostrando seriedad mientras bajaba la mirada hacía ella para verla a la cara.
Ella solo lo observo desconcertada con un pequeño rubor de timidez en sus mejillas.
– Si es algo de suma importancia no creo que sea muy responsable hablar en un lugar público en especial si es conmigo, ya sabes, por los fotógrafos de chismes.
– Tienes razón.
Sin decir más empezaron a caminar juntos en dirección a la casa del joven, por suerte no vivía muy lejos de donde se habían encontrado; llevaban dos cuadras en silencio hasta que él decidió romperlo.
– ¿Tienes frío?– preguntó.
– No, descuida.
Sin otro tema de conversación por parte de los dos siguieron recorriendo el camino en total silencio mientras ambos solo se dejaban llevar por los pensamientos que abordaban sus mentes, porque a pesar de no haberlo mencionado, Félix también tenía algo importante que decirle a la joven, algo que había pensado hace mucho pero no sabía si era real o solo su cabeza jugaba con sus sentimientos, además era la primera vez que invitaba a alguien que no fuera su mejor amigo Nicolás a su casa, luego de unos minutos más de caminata llegaron a la casa del joven, por fuera se veía como otra casa más en el centro de la ciudad, pintoresca pero sin muchos lujos.
– Bien, pasa– luego de haber abierto la puerta se dispuso a sostenerla como todo un caballero para que la chica pasara primero.
Ella entró con timidez susurrando – Gracias– fue seguida por el chico quien cerró la puerta luego de entrar.
– ¿De qué quieres hablar?– preguntó el joven mientras colgaba su abrigo en un perchero al lado de la entrada, su curiosidad cada vez crecía más ya que la actitud de la muchacha hacia él no solía ser tan calmada y callada.
– Bueno, solo lo diré rápido y luego me iré– miraba a su opuesto directo a los ojos–. Quería disculparme contigo.
– ¿Qué?– preguntó confundido y sorprendido.
– Sé que te molesta que te haya seguido por tanto tiempo, me disculpo si te incomode de alguna manera con mi aprecio hacía ti y la forma en la que intente expresarlo, prometo que ya no lo haré más, se perfectamente que estarás siempre fuera de mi alcance, por lo que no seguiré fastidiando con mis incesantes propuestas, te dejaré en paz tal y como lo quieres.
El chico estaba tan desconcertado que no podía decir una sola palabra, un nudo se había generado en su garganta evitando que pudiera decir siquiera una cosa, por lo que se limito a mirarla.
– De verdad lo siento Félix y quiero que sepas que a pesar de que todos lo piensen no me interesa en absoluto tu dinero, ojala no pienses esas cosas tan horribles de mi, sin embargo espero que en un futuro lleguemos a ser amigos– extendió su mano en espera de que él la estrechase y que dijera algo en respuesta a lo que ella estaba diciendo.
El solo estaba observándola pero sabía que no podía seguir en silencio, debía decir algo, trago saliva para atreverse a decir lo que pensaba pero no sería fácil pues el nudo en su garganta ya era muy grande.
– No lo creo Bridgette– fue lo único que logró formular sin que se notará que apenas podía decir algo sin que su voz sonará quebrada.
– Lo entiendo– guardó su mano en el bolsillo de su abrigo y suspiró apenada por todo lo que había expresado, mientras bajaba su mirada–, creo que lo mejor será irme.
Se disponía a irse luego de mostrar una pequeña y falsa mueca de sonrisa, sin embargo cuando estaba a punto de tomar el picaporte de la puerta, el joven se acercó a ella para tomar su mano haciendo que la chica volteara a mirarlo, sus miradas al instante se encontraron, mientras ella se ruborizaba más a cada segundo por la cercanía de sus cuerpos ya que él había bajado su brazo para tomar su cintura.
– No podría ser solo tu amigo– con la mano que sostenía la de la chica tomó su mentón delicadamente para depositar un dulce beso en sus labios juntando aún más sus cuerpos.
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Nunca te olvide
Dla nastolatkówBridgette está totalmente enamorada de Félix Agreste un modelo profesional, ella lo invita a salir constantemente sin embargó él rechaza sus propuestas en cada ocasión, luego de miles de intentos decide rendirse sin saber todo lo que pasaría al conf...