Dolor.

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Deina sentía como la sangre no dejaba de drenarse por su herida. Su respiración era más lenta, y el frío la haces estremecer. Su vista se tornaba borrosa de vez en cuando, además de que no sentía que podía respirar.

- ¡Deina! ¡Deina! - gritaba Jack mientras de dejaba caer a su lado - ¡Por favor, no cierres tus ojos! ¡No cierres tus ojos, por favor! - gritaba mientras sostenía su cabeza con ambas manos.

- Y... Yo no... No lo vi venir... - jadeo ella en un susurro.

- No hables, solo trata de tranquilizarte...

- Jack, hay que llevarla a la enfermería- mencionó Norte. Este asintió y la cargo, causando que la chica gimiera de dolor. Al depositarla en la camilla, varios Yetis se acercaron a atenderla con rapidez.

›› Salgamos de aquí... - le dijo el Guardián.

- Pero...

- No Jack, solo vamos a estorbar - este dio un último vistazo, antes de salir. Con furia, golpeó la pared, llenándola de escarcha en el proceso.

- ¡Carajo! ¡Todo es mi culpa!

- Basta Jack, solo te estás lastimando - dijo Hada.

- ¡¿Y eso qué importa?! ¡Ahora es ella la que está herida! ¡Prometí protegerla y no lo hice! ¡Todo es mi culpa! - gritó antes de derrumbarse al suelo. Sentía más lágrimas mojar sus mejillas, a causa de la desesperación y tristeza que sentía. La pata de Conejo en su hombro llamó su atención.

- Ten fe amigo, se que ella logrará salir de esta... - dijo el Guardián de la Esperanza.

- Pues si siguen perdiendo el tiempo de esa manera, yo creo que no - dijo una voz espectral, que llamó la atención de todos.

- ¿Muerte? ¿Qué haces aquí? - preguntó Hada.

- Vine a salvar a la Hija de la Luna, para evitar que muera...

- ¿Cómo es que sabes que está herida?  - preguntó Sandy.

- Fue mi daga la que la tiene así... - Jack, al oírlo, se levantó con tal rapidez, que cuando todos se dieron cuenta, ya su cayado apretaba el cuello de la Muerte con mucha fuerza.

- Dime una muy buena razón para no congelarte por toda la eternidad... - siseó furioso.

- Tengo la cura para ella...

- Jack, sueltalo - dijo Norte. Jack lo hizo de la manera más ruda posible, haciendo que la Muerte tosiera un poco.

- ¿Qué traes? - preguntó. La Muerte metió la mano en su túnica, y saco un pequeño cilindro con una sustancia negra.

- La “Esencia de la Rosa Negra” es la única que puede contrarrestar los efectos de mi daga... Si no es tarde - Norte la tomó y rápidamente se adentró a la habitación.

›› No crean que yo ayude a Pitch, el hurto mi daga sin que me diese cuenta. Salven a la chica, es la única que puede derrotar a Pitch, por ahora... - el grito que dio la castaña hizo estremecer a más de uno, a causa del dolor que este transfería. Sin importar nada, Jack se adentró a la habitación, viendo como la castaña de retorcía del dolor.

El líquido negro se movía de manera lenta e hipnótica, como la danza mortal de unas serpientes. Poco a poco, la herida fue cerrando, dejando solo unos pequeños rasguños. El peli blanco tomó la mano de la chica, haciendo que ella abriera sus ojos, cristalizados por las lágrimas contenidas.

- ¿Estás bien? - le pregunto. Ella dio una risa ronca.

- Es la pregunta más estúpida que pudiste hacerme... - dijo ella en un susurro. Tanto los Yetis como Norte salieron de la habitación, dándoles un momento de privacidad.

Fillie de la LuneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora