—Mi padre le dio esto a mi madre cuando se casaron. Las palabras son del Ching, el Libro de mutaciones. Dice «Cuando dos personas son una en lo más profundo de su corazón, quiebran incluso el hierro y el cobre.»
—¿Y tú crees que lo somos? —preguntó Tessa (...) — ¿Uno, quiero decir?
—No puedo explicar el amor —confesó él —. No podría decirte si te amé desde el primer momento en que te vi, o si fue en el segundo, el tercero o el cuarto. Pero recuerdo la primera vez en que te mire mientras caminabas hacía mí y me di cuenta de que el resto del mundo parecía desaparecer cuando estaba contigo. Que eras el centro de lo que hacía, sentía y pensaba.
—Jem nunca me habría imaginado...
—Hay fuerza e intensidad en el amor —continuó él —. Eso significa la inscripción. También está en la ceremonia de los cazadores de sombras. «Porque el amor es tan fuerte como la muerte» ¿No te has fijado en cómo me he sentido estás últimas semanas, Tessa? He estado menos enfermo, he tosido menos. Porque mi amor por ti me da fuerza.
»Hablas de sacrificio, pero no es mi sacrificio el que te ofrezco. Es el tuyo el que te pido —prosiguió —. Te puedo ofrecer mi vida, pero es una vida corta; te puedo ofrecer mi corazón, aunque no tengo ni idea de cuantos latidos más soportará. Pero te amo lo suficiente para esperar que no te importe si soy egoísta al intentar hacer que el resto de mi vida, sea cual sea su duración, sea feliz al pasarla contigo. Quiero casarme contigo, Tess. Lo quiero más de lo que nunca en mi vida he querido nada. Es decir, si tu también me amas.