97 3 0
                                    

—Quiero decir, no, no es eso. No te odio, Jace.

—Yo tampoco te odio.

—Me alegra oír eso.

—Ojalá pudiera odiarte —replicó él.

La voz tenía un tono ligero, la boca curvada en una sonrisa despreocupada, pero los ojos estaban llenos de aflicción.

—Quiero odiarte, intento odiarte. Sería todo más fácil si te odiara. A veces pienso que si te odio y entonces te veo y...

—Y ¿qué?

—¿Qué crees? ¿Por qué debería contarte como me siento cuando tu no me cuentas nada? Es igual que golpearme la cabeza contra la pared, sólo que al menos si me golpeara la cabeza contra una pared sería capaz de obligarme a dejar de hacerlo.

-Jace y Clary

Más Que Mil PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora