Después del Sexo

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Le llamó la atención que la invitara a pasar el rato en su hogar justo el día en que, para la buena suerte de ambos, los padres de su novio y su hermano menor estarían fuera de casa. Por lo regular, la pequeña casa en la montaña Paoz siempre estaba habitada, ya fuera por Goku, Milk, Gohan o Goten. No obstante, ese domingo sería muy diferente.

Goku se había marchado a un entrenamiento riguroso en el que, afortunadamente, Goten fue incluido con mucho fervor. Estarían lejos más o menos dos semanas, tiempo suficiente para hacer actividades sin que la presencia alegre del sayajin interrumpiera.

Por otro lado, Milk igualmente se tomó unas vacaciones. En cuanto su marido y el menor de sus hijos abandonaron el hogar, Milk también se fue dos días después a una playa cercana.

Videl sabía, algo en su corazón la alertaba, de que las cosas no eran normales. El hecho de que Goku entrenara lejos de la familia era normal, después de todo era alguien capaz de todo con tal de volverse más fuerte. Pero el que Milk dejara su casa sola a su único hijo, siendo ella una mujer doméstica y educada a la antigua, no era algo que considerara común. Estaba convencida de que alguien, y sólo podía ser Gohan, le recomendó irse para descansar de los deberes hogareños y de la familia.

Su corazón latió con fuerza y sus mejillas adquirieron un color rojo carmesí que sólo su novio conocía en ella, aquel lado tímido y femenino que poseía. Estar a solas con Gohan siempre le resultaba placentero y divertido, aunque sería la primera vez que estarían juntos en la casa de alguno de ellos.

¿Solos en la casa?

Sin padres, ni hermanos, ni servidumbre, ni nadie.

El rubor aumentó junto con el calor que llenó su cuerpo. Esta vez su cara completa estaba roja. Se cubrió con sus manos el rostro enrojecido, mientras se imaginaba que salía humo de sus oídos. Todo esto debido a la sorpresa por la idea que pasó por su mente.

Estar solos era una buena oportunidad para...hacer el amor con Gohan, su novio.

Se tumbó en su cama y hundió su cabeza en la almohada. Avergonzada de sus propios pensamientos, Videl meditaba en si Gohan lo hacía a propósito o fue una simple casualidad.

No, no podía serlo. Era ilógico.

Seguro Gohan quería que hicieran "eso". Después de todo ya llevaban seis meses de novios y hasta ahora no pasaban de besos y caricias. En repetidas ocasiones se percató de que entre ella y Gohan comenzaba a crecer el ardiente deseo de hacer el amor. La unión de dos cuerpos físicos entre una pareja que se ama.

El amor entre ellos existía, pero no la relación física que, en muchos casos, puede unir o separar a las parejas. Una parte de su alma estaba gobernada por el miedo. Miedo e incertidumbre por lo que sucedería después de entregar su cuerpo a Gohan por primera vez.

¿La amaría después o sólo sería un objeto de placer? ¿Estarían juntos siempre o dejarían de ser novios? ¿Continuarían como estaban o todo cambiaría? Y si algo cambiaba ¿sería bueno o malo aquel cambio?

Aquellos pensamientos cruzaron por su mente haciendo que se pusiera más nerviosa de lo que estaba. Al ser virgen, el sexo era casi como sueño o ilusión que le daba mucha curiosidad conocer.

Todos hablaban de aquello como si fuera lo máximo. La cúspide de una relación de pareja. El momento en que los amantes demuestran que se aman. No obstante, el amor a veces es sólo una imagen para vender o promocionar algo.

El sexo es un instinto animal. Muy deseado e interesado especialmente por el género masculino debido al placer que producía la eyaculación. Las mujeres, en cambio, necesitan enamorarse para realizar el acto.

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