Sin perdón

El cerdo que enseña matematicas

—necesito que me des un video de mayra en la cama, te pagaré  bien.–
Anders estaba a punto de reír de hecho una pequeña carcajada salió de su boca pero se detuvo al notar el serio e inexpresivo rostro de la chica que lo miraba esperando una respuesta.
— tiene que ser un chiste...por fin pudo liberar su risa, estuvo así por casi cinco minutos, riendo, mientras  kande solo lo observaba.
— ¿para que quieres un video de mayra follando, Acaso te masturbaras con el? Además...no puedo conseguírtelo, ella tiene novio pídeselo a el.
— haré un buen uso, nada que tu asquerosa mente imagine, expondré la verdadera mayra para que vean que no es exactamente el estereotipo de buena alumna que finge ser.
— ¿tienes envidia? Mira
— se que te acuestas con ella asi que es más que obvio que puedes conseguir un video.
Interrumpió Kande. Anders se quedo callado un buen rato. <<¿Como mierda lo sabe? de seguro que está chica es de esas acosadoras locas que luego te observan mientras duermes>> Pensó.
— no lo haré menos para un fenómeno como tú —  se levantó de la silla, estaba a punto de salir de aquel salón cuando ella. La chica de largo cabello lacio  develo su realidad.
— que lastima por tu mamá. la embargarán y tú pobre hermanito no recibirá un regalo de cumpleaños.
Los pasos de Anders se detuvieron de golpe, apretó sus puños y tomando toda el aire que pudo camino hasta el sillón en el que estaba kande, se acerca a ella, la miró directamente a los ojos y le preguntó  — ¿cuanto me darás por el video? La chica ni se inmutó.
— lo suficiente para pagar la hipoteca de tú casa y darle un buen regalo de cumpleaños a tu hermano ¿conforme?
— mañana por la mañana...tendrás tu video...luego de eso quiero que me dejes en paz, no arriesgaré mi reputación por una enferma mental como tú.
Tomo su mochila que había tirado al suelo y camino nuevamente hacia la puerta, esta vez kande lo detuvo; Anders la miró y antes de que pudiera decir algo ella le entregó en sus manos una pequeña cámara.
— déjala en lugar oculto, así mayra no la podrá ver.
Anders cerro  el puño y guardo el objeto en el bolsillo de su chaqueta, cerró la puerta de un golpe.

Caminaba con rabia hasta la salida ¿por qué la salida tiene que estar a diez Minutos de la casa? Pensó.
Un gran auto de color negro entraba a paso lento, Anders no le presto atención, odiaba a los tipos que presumían su dinero a todo el
Mundo. En especial a Edward, ese hombre usaba billetes para limpiarse el trasero en vez de papel higiénico, y para más desgracia suya era tío de Kande.

— ¿y qué harás? Pregunto sentándose la mesa para luego degustar la deliciosa cena que la empleada le servía.
— imagina ¡toda la escuela viendo a mayra como la puta que es! Su imagen de niña buena se irá al suelo — sonrío al igual que Edwars, ambos coincidían en muchas cosas después de todo la familia es lo primero.
— estoy orgulloso de ti ¿sabes? Fue bueno que tú mamá te dejara conmigo, de otra manera no hubieras tenido el valor para  planear todo esto.
— si...admito que me ayudaste bastante tío — llevo uno de los trozos de la jugosa carne a su boca, luego de saborearlo lentamente tomo un poco del agua que estaba servida en una elegante copa de cristal — pero quiero llevarme el crédito de las ideas ¿no te molesta cierto?
— en absoluto pequeña.
Luego de cenar tío y sobrina se despidieron para ir a dormir, ya era tarde y Edward tenía un reunión a primera hora así que no podría desayunar con Kande, a la mañana siguiente todo transcurrió normal, la chica de grandes ojos negros tomo el autobús a la escuela, odiaba ir en el auto.

Llego con el timbre de entrada, todos los alumnos se dirigían a sus clases como de costumbre. <<maldita sea tengo matemáticas>> pensó Kande, entro a la sala a un paso firme y seguro, se sentó a esperar que el profesor llegara pues este rara vez era puntual; la mayoría de las veces se quedaba en el salón de maestros coqueteando con una que otra practicante, de preferencia rubias con buen trasero.
— no hablas en serio ¡la jefa del equipo de literatura avanzada engaña a su novio! Dijo  Veronica  en un forzado susurro.
— ¡baja la voz! — ordenó Belén.
— no sé si sea verdad, pero eso fue lo que hablaban los del equipo de fútbol  durante la práctica. 
— ¿de que rayos hablan? — interrumpió Kande a sus dos amigas dándose la vuelta.
— ¿no sabes? Dicen por ahí que Mayra está engañando a Dylan, al parecer no es nada santa.  El humor de Veronica era muy particular, básicamente se resumía en una alegría que contagiaba a todo el mundo.
— ¡que bajes la voz!— Belén era un poco sería, casi siempre debía corregir a Veronica para que no la regañaran en clases.
— por cierto kande ¿que harás para tu cumpleaños? Podríamos asaltar un banco y utilizar todo ese dinero para ir festejar ¿cierto Belén? — Kande sonrío.
— no haré nada, nunca lo hago.
— muy bien chicos cuaderno y lápiz sobre la mesa comenzaremos la clase. Dijo el profesor golpeando la mesa con sus libros así lograba mantener al curso callado durante toda la clase.

La clase estuvo normal, por lo menos así era dentro de la cabeza de Kande, el profesor Roberto hacia lo de costumbre; pasar materia, dejar ejercicios para luego pasearse revisando que todos lo resolvieran y así aprovechar de pasar su mano por el hombro de alguna alumna.
Así es, el asqueroso cerdo matemático gozaba de acariciar las piernas de muchachas que bien podrían ser su hija. Pero nadie hacía nada; no desde lo que pasó la ultima vez que alguien intentó reportarlo.
Cuando Casandra decidió contar lo que le sucedía nadie le creyó incluso sus compañeros la trataron de mentirosa. El director no aguanto que insultaran a un profesor tan prestigiado dentro de la escuela y sin una pizca de remordimiento la expulsó de la escuela, desde luego no faltó que la creatividad del hombre explotara en ese momento para inventar un motivo, nadie dudo de que Casandra fuera acusada de robar el teléfono de el profesor, arrastraba una imagen de matona y era famosa por recurrir a los golpes cuando la situación lo requeriría.
Esa tarde Kande había olvidado la bufanda de color vino sobre su mesa, desearía no haber vuelto porque lo que vio no pudo ser descrito por sus palabras.
— solo cierra la boca, te va a gustar. Pasaba una mano debajo de la falda acariciando bruscamente su entrepierna Casandra solo lloraba y rogaba para que se detuviera.
Kande no aguanto, salió corriendo tan rápido que no supo cómo se levanto tan ágil luego de chocar con un basurero. Rogaba para que el ruido del objeto  lo asustara.
— ¡Kande apaga tu teléfono o te lo quitaré!
El teléfono había avisado de una notificación, a la salida de la clase apresuró los pasos para  entrar a un baño. revisó uno por uno los mensajes los mensajes algunos se habían acumulado a medida pasaban los días hasta que por fin llego a el, el video había sido recibido.