- ¡Hola! - respondí con normalidad
- Este es Matias - dijo Leo, quien con su mentalidad de niño de 11 años deseoso de jugar añadió - Dice que tiene Minecraft, ¡podemos jugar juntos!
- ¡Que genial! - respondió Gonzalo con una gran sonrisa en su rostro
- Atención clase yo seré su maestra en el presente año escolar, por favor tomen asiento - dijo la maestra al entrar al aula de clases
- Mi nombre es Miranda y...-
Escuchaba que la maestra hablaba pero no le tomaba importancia pues me encontraba demasiado emocionado.
!Ni bien empezaba el año ya tenia amigos con quien pasar el rato!
O al menos eso creí.
Al transcurso de la semana descubrí que Leo no tenia el dichoso juego, y que simplemente quería gastarme una broma, lo peor de todo es que Gonzalo sabía, y sin embargo, no me dijo nada, haciéndome sentir como un completo tarado e iluso.
- No le hagas caso a Leo, el a veces puede llegar a ser un completo imbécil - dijo Gonzalo con cierto odio camuflado en su sonrisa
- La verdad es que yo si tengo Minecraft, ¿qué tal si jugamos este fin de semana? - añadió
- Claro - respondí inseguro
El viernes llegó y cuando me retiraba del colegio, escuche que alguien me llamaba
- ¡Matias, no te olvides de conectarte a Facebook para jugar conmigo! - dijo Gonzalo emocionado
- Aja...si -
No era que no quería jugar, pero el hecho de que jugaría con alguien quien no conocía en lo absoluto me incomodaba .
Al llegar a mi casa me cambié, lancé mi mochila a mi cama, y tras ello, mis primeras acciones fueron conectarme a facebook como Gonzalo había demandado.
*Gonzalo Ferrari te ha enviado un mensaje*
Tenia una notificación de facebook. ¡Gonzalo había querido comunicarse conmigo hace más de 1 hora!
Gonzalo Ferrari: Hey matias, ya jugamos?
No sabía como responder, pues al parecer me había demorado y tal vez se encontraba disgustado, a lo que yo respondí con inseguridad:
Matias Parra: H-Hola, si aja, lamento demorarme :(
Gonzalo Ferrari: Que hablas solo paso una hora jaja, te voy a llamar por face ok?
Matias Parra: Ok :I
Las horas pasaron volando, y resulta que llegamos a divertirnos demasiado, hasta llegar a un punto de emoción tan alto donde perdiamos la noción del tiempo pues nuestras risas en aquellos momentos nos habían desconectado del mundo que nos rodeaba.
*Gonzalo Ferrari por llamada* : JAJAJA Bueno Matias fue divertido hay que continuar jugando por acá todos los fines de semana, ¿te parece?
*Yo*: ¡Claro que sí!
Me sorprendió el hecho de haber hecho un amigo en tan solo un día por mi cuenta.
*Gonzalo Ferrari por llamada* Bueno Matias, ya me tengo que ir, sino mis padres no me dejan jugar mañana, adios.
*Corta*
Feliz de haber hecho un nuevo amigo, y con la emoción viva dentro de mi, me eché a descansar, debido a que era ya tarde.
Pensaba en el alivio de haber conseguido un nuevo amigo, descansando de dicho modo ilusionado con la idea de un año escolar lleno de alegría.
En la semana entrante, nos re ubicaron los asientos del aula.
Ya no me sentaba detrás de Gonzalo ni delante de Leonardo me ubicaron al lado de una tal Flor, amiga de Liz y Gonzalo.
Y no se si fue el destino o algo por estilo, pero resulta que quienes fueron ubicados en la columna paralela a la mía fueron ni mas ni menos que Liz y Gonzalo.
Gonzalo me vio, sonrió y me dijo:
- ¡Hey Matias! -
- ¡Hey Gonzalo! -
Después de charlar con Gonzalo y al parecer agradarle demasiado, el recurrió a Liz a preguntarle (ya que sabia que era mi mejor amiga entre las chicas en ese entonces):
- ¡DIME POR FAVOR, COMO HAGO PARA SER MEJOR AMIGO DE MATIAS! -
Gonzalo le rogaba a Liz para que esta le diga como serlo con mucha desesperación.
Yo, quien literalmente estaba sentado en una carpeta a menos de 1 metro y medio a su derecha, lograba escuchar como él le rogaba que le aconseje
No podía creerlo, el supuesto chico mas lindo y con mas amigos, quería ser mi mejor amigo, entre todos los que tenia, queria que yo sea el más importante.
- Gonzalo , tranquilo si quieres podemos ser mejores amigos - dije
- ¡Oh si si, gracias gracias, Matias, será genial pasar el año contigo! - respondió emocionado
- Si claro jaja -
- ¡Alumnos dejen de conversar! - ordenó la maestra Miranda quien se encontraba dictándonos la clase
Ese hecho me llenó de alegría y en consecuencia, absolutamente todo, lo hice animado.
Un don nadie de el aula, era mejor amigo del chico supuestamente más popular del grado entero.
- ¿Quien necesita a Leo? - pensé- Tengo a alguien mucho mejor
