N I N E

35 0 0
                                    

Di la vuelta y salí de aquella vinatería, pero yo bien sabía que Joseph venía justo atrás de mi

-Zaphir- me tomo del hombro

-!Sueltame Joseph¡,no tengo nada que hablar contigo tú y yo no somos nada-

-¿Por qué eres tan agresiva conmigo?-

-!Por que me atraes por eso¡, ¿Contento?- me miraba con una sonrisa de orgullo

-¿Entonces te atraigo?- se acercó lentamente hacia mi

-No es para tanto- lo empuje

-Zaphir, no quiero que te pase nada-

-Yo no quiero que tú me protejas o intentes salvarme-

-No sabes lo que dices nena- acaricio mi cabello

-No me toques, y no me digas nena-.

Me aleje de el y seguí caminando sin rumbo alguno, solamente podía pensar que Joseph no era nadie para decirme lo que tenía que hacer o no.

-!Zaphiro!- escuché la asquerosa voz de mi padre, y sentí un tirón en mi cabello

-!Sueltame maldito!- había comenzado a llorar, el pánico que me provoca ese hombre era increíble

-!Eres una maldita perra¡, igualita a tu madre una zorra barata, ¿Pensabas alejarte de mi?, no lo haras por qué eres mia-.

Sentía miedo, mucho miedo, me daba asco que me tocará sentí su asqueroso aliento en mi cuello y su lengua lamiendo este

- Sueltala-

-¿Y tú quien te crees niñito?-

- Te apuesto que soy más hombre qué tu-

-¿Te has acostado con esta zorra?-

-Eso a ti no te importa, sueltala-. Me soltó y caí al suelo, mis rodillas ardían pues había vidrios rotos y piedras, mi cara estaba llena de lágrimas calientes que bajaban de mis ojos, todo desapareció en ese momento, solo quería que todo fuera un sueño y nada de esto fuera real

-Zaphir, ¿Estás bien?- volví a escuchar la voz de Joseph.

Mi mente estaba en un colapso que no me di cuenta en el momento en que mi padre se largo de ahí

-Levántate, el ya no está y no te hará más daño- tome su mano y me puse de pie

-!Carajo tus rodillas¡- cierto estaba sangrando

-Vamos te voy a curar-.

No me opuse o respondí, me sentía débil y una total basura, tenía mucho miedo demasiado, no deje de llorar en todo el camino no sabía a donde iba y tampoco me importaba mucho

-Llegamos- al parecer era el departamento de Joseph al entrar un olor a madera inundó mis fosas nasales, todo era de madera

-Toma asiento, iré por el botiquín para curarte-.

Me senté y mi mente no podía dejar de repetir lo que había sucedido y eso era repugnante hacia que mi estómago se revolviera del asco, pero por alguna razón me sentía protegida con Joseph.



Voten y comenten

-Brokenxhxz

 <<  Z a p h i r >>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora