Ayer desperte Laura, ayer volví, solo para enterarme de que tu ya no estabas, de que habías acabado con tu vida como siempre supe que querías, como siempre traté de impedir.
¿Por que tenías que hacerlo? ¿Por que mierda me hiciste esto? Sam no a tenido tiempo de extrañarte, se mantiene siempre distraido, con un libro o una pelicula. Pero Bobby ¡Eras como su hija! Bobby no se separa de su licorera, y es incapaz de oír tu nombre sin que se le encharquen los ojos.
Supongo que tenerme de vuelta a sido un alivio para todos, recuperaron un poco de lo que perdieron. Pero no es lo mismo. Por que tu, tu no estás. Y eras tu la que rompia los silencios, la que se reía de las estupideces, y la que escondia las llaves del impala cuando me pasaba de cervezas. Eras tu la que le recomendaba libros a Sammy, y la que le compraba gorras a Bobby ¡Eras tu! ¡Eras solamente tu! Eras...
Y aun no entiendo como fuiste capaz de hacerlo ¿Como pudiste abandonar a Sam y a Bobby cuando más te necesitaban? ¿Como pudiste dañarlos hací?
Yo se que mis reclamos son estúpidos, que te culpo de lo mismo que yo hice, que no tengo derecho a juzgar. Despues de todo yo fuí quien marcó su fecha de vencimiento cuando me ví obligado a vivir sin mi hermano, todo para traerlo de vuelta.
Pero tu no me trajiste de vuelta. Tu amargaste el sabor de aquellos que se quedaron.
¡Diablos, Laura! ¡Yo te amaba! Te lo dije de todas las formas posibles...
Te lo dije aquella noche en ese bar de carretera, cuando, sin conocerte, sabía que serías más que un polvo más. Cuando encontre refugio en tus labios.
Te lo dije cuando vendí mi alma al diablo, cuando me mantuve firme para ti, sosteniendote, aunque no fuese capaz de sostenerme a mi mismo.
Y te lo dijo la noche que morí, cuando busqué tus ojos en ese ultimo latido, en esa ultima exhalación.
Te amo, esa es mi maldición. Vivir amando a alguien sin pulso.