╠Prologo╣

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Kate llevaba un par de horas en el hospital, miraba con aburrimiento el lugar y a las personas que lo recorrían de un lado a otro, el aroma a medicina y desinfectante lo tenía levemente mareado y sentía que en cualquier momento caería presa del sueño.

No entendía por que debía estar tanto tiempo ahí, solo se había fracturado el brazo derecho.

Al principio si había sido doloroso, pero su hueso no se había astillado por lo que todo fue mucho más sencillo, ahora que ya tenía el yeso y el dolor era nulo no entendía el por qué debía quedarse. Su madre se había ido hacían un rato con la excusa de que el medico necesitaba decirle algunas cosas con respecto a los cuidados de un brazo roto...Por dios ¿Qué clase de cuidados? Solo se había roto su hueso, la única manera de cuidarlo era no volverlo a romper y menos de la manera tan estúpida en la que lo hizo.

No volvería a saltar de la cajuela del auto de su madre, a la siguiente usaría un banquito para bajar.

Poco a poco sus pensamientos comenzaron a desviarse, pensando en las trivialidades más incoherentes que cualquiera podría llegar a decir; Tenía sueño, y el sueño afectaba terriblemente la mente de Kate que de por si no era muy brillante. Estaba sentado en la sala de espera, en esas incomodas sillas de metal, a su izquierdo derecho había un tipo obeso que despedía un olor como a cebollas rancia y a su lado derecho una mujer con un enorme vientre de embarazada el cual perturbaba a Kate, le causaba incomodidad el solo imaginar algo dentro de él moviéndose a su total antojo. Maldecía internamente el querer dormir y no poder hacerlo.

Estuvo apunto de levantarse e irse caminando a su casa (Aunque no sabía hacia donde quedaba) cuando el sujeto mal oliente se levantó de la silla y se fue caminando hacia uno de los pasillos llenos de enfermeras y pacientes ¡Al fin! Estaba a punto de recostarse usando las dos sillas como cama cuando se sentaron a su lado nuevamente. Rápidamente volteo a su izquierda viendo al niño idiota que se había sentado junto a él; El cabello del jovencito era castaño claro y los ojos de un tono miel bastante bonito y la piel era tan blanca como una hoja de papel, recorrió al niño vestido con una camiseta amarilla de arriba abajo topándose con que tenia un yeso en el brazo derecho.

Al igual que Kate.

-¿Te rompiste el brazo?- Pegunto Kate; El chico encaro al otro con una cara de molestia.

-No, me gusta tener yeso en mi brazo, es súper divertido- Respondió con brusquedad. Fue ahí cuando Kate noto que su pegunta había sumamente estúpida.

-Me llamo Kate- El chico de cabello castaño frunció un poco el entrecejo, le daba igual como se llamaba, solo quería que le dejara de hablar.

-Que interesante- Rodo los ojos- ¿No tienes nada mejor que hacer? No me gusta hablar con desconocidos.

-Pero ya te dije mi nombre, no somos desconocidos- El castaño miro indiferente al joven de pelo negro, vale, le había dado gracia... Pero no le gustaba hablar con las personas, ahora maldecía el momento en el que se sentó junto al pelinegro.

-Veo que fracturaste tu brazo- Menciono intentando dar un poco de rumbo a la conversación- Es extraño ¿No crees? Ambos tenemos roto el mismo brazo...

-Si, por eso te hable- Vale, Kate lo asustaba un poco. Tal vez era un roba chicos o algo, intento no mostrarse nervioso así que intento sonreír- ¿Qué edad tienes?

- Ehh... once- El castaño miro como los ojos café de Kate se iluminaban con una extraña emoción.

-¡Wow! ¡Yo también tengo once!

-...Increíble- Murmuro fingiendo sorpresa, solo quería que ese loco le dejara de hablar.

Y por más que deseaba que Kate, aleas, el extraño acosador del hospital, le dejara de hablar el chico seguía sacando tema de conversación, si no hablaba del clima mencionaba lo bonita que era la ventana. Extrañamente Kate a pesar de parecer un maniático, también le parecía alguien agradable... Demasiado parlanchín para su gusto, pero agradable al fin y al cabo.

-Mi mama llego por mí- Dijo Kate mientras se ponía de pie- Creo que me voy- Le dedico una sonrisa.

-Claro... Mejórate Kate- Apunto con la barbilla al brazo enyesado de Kate, este rio.

-Lo mismo para ti...ah- Se quedó callado, como intentando recordar algo- Creo que no me dijiste tu nombre...- La madre de Kate le grito que tenían que irse, a lo que el niño respondió con un "Ya voy" El chico de ojos miel sintió algo de gracia ante la escena.

-Te lo diré la próxima vez que nos veamos- Menciono divertido.

-Hmm- Kate pareció pensarlo- ¿Prometes decirme tu nombre la próxima vez?

-Lo prometo

-Bien... Bueno, debo irme.- Agito su mano en señal de despedida y posteriormente salió corriendo, perdiéndose entre las cientos de personas que paseaban por los blancos pasillos del hospital.

El chico de cabello castaño se quedó ahí sentado un rato más, pensando en su extraño acompañante y en lo idiota que era al creer que algún día se volverían a ver.

Pero, algo muy dentro de él le decía que justo eso pasaría.

Identical //Gay//Where stories live. Discover now