Locura Infinita

Miedo

 La mañana siguiente parecía fría, melancólica, sin color y sin un sol que iluminara mi rostro. 
Al abrir mis ojos pude mirar las cobijas que me arropaban y note lagañas en mis ojos así que las quite con mis manos.

Di un bostezo aun con las manos en los ojos y de pronto pude notar una sensación extraña en mis dedos, dirigí mi mirada a mis manos y estas tenían mis ojos con sangre escurriendo.
Grite de horror y me levante de mi cama de un salto. 

Mis ojos estaban en la cama, entonces tuve un flashback de la noche anterior donde aquella mujer tomaba mi cuerpo y recordé por un momento que estaba en un infierno

- ¿Qué mierda esta pasando? - grite a el cuarto solitario que me rodeaba. 

- Al parecer tus ojos están allí. - Dijo una voz aguda desde la puerta de mi habitación. 

Creo que no estaba solitario del todo.

- Creo que hoy me toca hacerte sufrir a ti - me dijo una voz infantil desde mis espaldas. 

Voltee y mire a un niño como de 10 años de edad, este me sonreía con una mirada tranquila e inexpresiva, tenia una playera color café claro pastel y un pantalón negro, parecía una pijama ya que eran pantalones flojos, su cabello era negro y sus ojos eran un color oscuro muy profundo. 

- ¿Eres acaso uno de ellos? - dije un poco triste y sin ánimos al ver que el infierno continuaría.  

- Así es - dijo inexpresivamente y en ese momento mis ojos desaparecieron de la cama como si fuera humo.

Me acerque a el con curiosidad y lo mire a los ojos, me puse como si fuera un adulto que no puede ser asustado por un niño, el me miro sin hacer ningún gesto, casi como si el se sintiera superior a mi por razones desconocidas.

- ¿Listo para sufrir? - me dijo mirándome atento. 

- ¿Quién demonios te crees? - le dije confundido.

- Cállate estúpido, las preguntas aquí las hago yo - me dijo en un tono tranquilo y arrogante, sin ninguna expresión facial.

- ¿Qué me harás? - le dije irritado. 

- Conozco tus miedos, así que aquí va - dijo extendiendo su mano. 

Por extraño que suene de su mano se abrió un agujero negro el cual comenzó a absorber todo alrededor, incluso a mi.

Trate de poner resistencia pero mis intentos fueron inútiles, fue como ver en cámara lenta como mi cama, mi buro y mis ventanas comenzaban a hacerse fideo y eran comenzados a ser comidos por este agujero negro.
Sentí una presión en el pecho muy horrible, y mire como mis manos comenzaban a hacerse espagueti, la desesperación se había apoderado de mi y trate de patalear, pero ya era demasiado tarde, ya estaba en un lugar oscuro y en silencio. 

Sentía mis oídos tapados y mi boca muy seca, comenzó a dolerme la cabeza, sin embargo, era un dolor tolerable. 
Me encontraba en un lugar completamente oscuro. 

En la oscuridad una luz se alumbro en el suelo y en esa luz encontré  al niño a una distancia como de 7 metros, el me miraba atento, yo corrí hacia el y lo tome de los hombros,  y pude ver en sus ojos oscuros como se formaba una galaxia diminuta, su belleza me dejo sin palabras.

Al rededor de mi sangre comenzó a brotar  desde mis pies, un mar de sangre comenzó a llenar el pequeño lugar donde estaba.

La sangre era demasiada, salió tanto que comenzó a hacer una piscina gigante, me sentía como un insecto en una gran piscina.

La sangre comenzó a subir por mi rostro hasta ahogarme completamente, al niño también lo lleno la sangre hasta la cabeza pero el se quedo como estatua.

Me encontraba con la sensación de no respirar porque mi instinto me decía que moriría, todo se sentía tan real que cerre mis ojos tratando de esparcir la alucinación pero mis intentos fueron vanos. 

Ahora me encontraba en un mar extenso de sangre, de pronto, de mis pies sentí como alguien tiraba de mi tobillo, dirigí mi rostro hacia abajo y pude ver como unas mujeres jalaban mi pie. Estas mujeres estaban sin ojos y abrían  su boca como queriendo morderme pero no tenían dientes, era un horror, sin embargo, para mas miedo de su boca salió otra mano, la cual me sujeto mas fuerte, esta mujer comenzaba  hundirme y yo muerto de miedo comenzaba a patalear con fuerza intentando patearle el rostro con la otra pierna, pero era inútil .