Recuerdos

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Desperté y respiraba con dificultad, mucho moco estaba en mi nariz por el llanto que acababa de tener, mi conciencia estaba volviendo en si y entonces note mi garganta seca, sentí frió en mis pies, un escalofrió recorrió todo mi ser y estando en el suelo, aparecieron en un parpadeo demasiadas personas, sus pies estaban descalzos y estos tenían un tono de piel muy blanco, sus uñas estaban llenas de suciedad, sus dedos se movían inquietos, amenazantes hacia mi.
Me incorpore y los mire a todos, literal, mi cuarto estaba lleno de personas, pude contar con una mirada rápida unos 10 o mas de ellos. 

Ellos me miraban muy atentos, sus ojos eran como de reptil, no tenían cabello, y todos eran demasiado delgados, en comparación a mi altura ellos eran mas altos. 
Todos murmuraban cosas que no lograba escuchar, inmediatamente uno de ellos se me acerco y me miro a los ojos.

- Tu, ven. - dijo extendiéndome la mano. 

Mire su mano unos segundos y mire como sus uñas estaban muy crecidas como si fuera hombre lobo. 

- ¿Para que? - dije intimidado. 

- Para hacerte reír estúpido - dijo en tono sarcástico- porque ahora es mi turno de hacerte un poco de daño emocional -  me tomo de la muñeca a la fuerza. 

Me apretó con una fuerza sobrehumana y en ese momento todo se volvió color blanco, las personas seguían allí mirándome, ellos murmuraban cosas que no podía entender.
Mientras avanzábamos mas adelante hacia la dimensión blanca el hizo aparecer 3 puertas. 

- Llegamos - me dijo con una voz ronca.

Su voz era débil, y al mirarlo mas de cerca, vi que su rostro parecía molesto.

-¿Que son estas puertas? - dije inseguro.

- Escoje primero una, recorreremos las 3 poco a poco. - me dijo de forma lenta y mecánica. 

Mire las puertas y cada una tenia un color diferente, la primera estaba de color rojo, la segunda de color purpura y la ultima de color azul oscuro.  
Mire la primera puerta y me decidí por esta.

- Quiero la de color rojo - dije señalándola.

El me miro y me sonrió. 

- Buena elección - dijo extendiendo una sonrisa demoníaca que me dejo frió de miedo.

Me tomo de la muñeca y caminamos hacia la puerta roja mientras las otras 2 se desvanecían como neblina. Mientras caminaba hacia la puerta, mire hacia atrás y pude ver a todos mirándome con absoluto odio. 
Parecía que todas mis alucinaciones tenían eso en común "la mirada de odio". 
Así que poniendo la vista a mi destino, la persona que estaba jalando de mi mano abrió la puerta con su otra mano y enseguida todo cambio.

Me encontraba en una playa junto con este monstruo, sin embargo no había nada, las olas de el mar se movían lentamente y al parecer era un día soleado y bello.

- ¿Cual es tu nombre? - le dije tomando un poco mas de confianza.

- Me llamo Pan. - dijo mirando la arena que estaba debajo de nuestros pies. 


Ese era un nombre que nunca había escuchado en alguien, así que entonces pensé en la probabilidad de que una persona real tuviera ese nombre y fue inútil, nadie tendría un nombre tan extraño. 

- ¿Porque te llamas así? - le dije curioso. 

- "Pan" es el dios del miedo, y en este lugar yo soy quien te dará mucho terror con lo que veras a continuación.

Me quede congelado al ver su respuesta, y en ese momento un niño apareció corriendo en la playa, este niño venia hacia mi con una pala para hacer castillos de arena.
El niño paso corriendo y me atravesó como si fuera un fantasma, y el niño continuo de largo.

- ¿Quien es? - le pregunte a Pan desconcertado.

- Ese niño eres tu Malcom.


                                                                                                     II


Observe al niño y al parecer el encontró algo en la arena, se quedo mirando un momento, y enseguida se sentó en la arena, tomo su pala y comenzó a escarbar arena.  

Locura InfinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora