DÍA LIBRE

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 La Noche Anterior

Stiles y yo estábamos en la cocina preparando la cena, bueno yo solamente veía, es gracioso ver como mi amo se mueve con el peso de más que tiene, la semana anterior peleó con Derek porque ya no logra ver sus pies, mi moreno amo solo se rio de él, diciéndole que así lucia fenomenal y que extrañaría su voluptuosa forma una vez que el bebé naciera, pero se aseguraría de dejarlo gordo por mucho tiempo.

Mi castaño se movía graciosamente moviendo los ommelets, hacía tres días que Derek se había marchado a Nueva York para terminar unos negocios, si bien, Stiles le dejó marchar con una sonrisa, la verdad era que mi humano se sentía fatal, si no fuera por mi compañía, el pobrecito se sentiría solo.

Estábamos comiendo ese delicioso ommelet, Stiles, mini Derek y yo y viendo una película de terror, creo que era... algo con crema (Ay Ginger, es Scream) estábamos en la parte donde la chica ayuda a su novio herido, cuando escuchamos el timbre sonar. Stiles le puso pausa a la película y cuando fue abrir gritó, ya saben ese grito de animadoras cuando el capitán del equipo anota el tiro ganador, me estiró y bajé contoneando mi gordo trasero para ver porque el grito del castaño, cuando veo a Derek siendo comido a besos, un maullido poco masculino sale de mi... recuerden ya no tengo a mis amiguitos, me falta testosterona, en fin, en cuanto vi esa escena, me restregué en la pierna de mi otro amo.

— Vaya si es así como me recibirán cada vez que vaya a Nueva York, tendré que ir más seguido.

— Ni lo piense señor Hale.

Por fin después de tanto arrumaco, Derek pudo entrar a la casa, Stiles cocino huevos con tocino para el oji verde, y continuamos viendo en familia la película. Mis amos bostezaron en señal de cansancio y Derek me miró, ya saben como y pues me encamine a mi habitación, me eche en mi cama y me dormí.

Stiles y Derek subían las escaleras cuando el primero le tomó la mano a Derek y la besó.

— No te vuelvas a ir, se que tienes que atender tus asuntos allá, pero, la próxima vez llévame— Stiles se abrazó como pudo a Derek, en momentos como esos detestaba estar embarazado.

— Cariño no te lleve, porque estas a semanas de dar a luz y Ginger odia demasiado a Peter y a Bunny como para quedarse con ellos, además detestas viajar por autopista —Derek tomó al castaño por la barbilla y lo besó.

— En serio Der, ¿cómo prefieres manejar cuando puedes permitirte viajar en avión?, a veces no entiendo tu tacañería— el hiperactivo muchacho mordió el labio de su pareja — Derek, quiero...—dijo sonrojado —te quiero en mi Derek— el moreno, sonrió y como si no pesara nada tomó a Stiles por la cintura e hizo que enredara sus piernas en sus caderas.

— Stiles no me provoques, no me contendré si no paras —dijo el moreno cuando el humano se restregaba enérgicamente en él.

Derek abrió la puerta como si nada, realmente Stiles se preguntaba como hacia Derek para cargar el peso extra y moverse ágilmente, nunca lo entendería, depositando al castaño gentilmente en la cama lo besó con lentitud y dedicación, primero su frente, sus ojos, su nariz, sus mejillas algo llenas, su mandíbula y por último sus delicados labios; fue abriendo seductoramente su camisa, el moreno veía como Stiles hiperventilaba, y mojaba sus secos labios.

— Te gusta lo que ves.

— Mucho.

Stiles se incorporó y trabajó en el pantalón del contrario con una destreza que muchos dudarían, sino hubiera prueba de que aún seguía siendo un adulto joven hormonado en vez de un adolescente, tomando el pene de Derek lamió la punta como si fuera su ambrosia personal, la cual era, después lamió con entusiasmo el tronco hasta la base y jugó con los testículos pesados del mayor, Derek empezaba a ver borroso, había recibido mamadas antes de Stiles, pero nunca como las de su amado niño, un ronco gruñido salió desde el fondo de su ser, su lobo estaba cerca, lo sabía él y lo sabía Stiles, pues su sonrisa lo decía todo, detuvo su trabajo oral y se recostó entre la almohadas, se quitó la pijama para luego recostarse y abrir sus piernas en total entrega a Derek, este aulló cuando vio a Stiles tan sometido a él, poniéndose entre sus piernas, volvió a besar dejando un valle de besos húmedos por todo su torso, bajando hasta la colina que tenia por vientre y se detuvo un momento, beso toda la extensión extra y ambos hombres sintieron cuando su hijo golpeo la boca de Derek en respuesta a sus besos, Stiles sentía como su cachorro se movía, como si sus entrañas fueran trampolines para él, Derek sonrió, tomando su gran e hinchado miembro lo guio hasta la entrada húmeda del humano, pero recordó al pequeño en medio de ellos y se alejó, Stiles iba a protestar, cuando sintió otra vez el peso del moreno en la cama, el mayor lo volteó y levantó su pierna y sin aviso previo lo embistió, sus ojos en blanco ante la quemazón que sintió al tener el pene de Derek, después de tres días sin su Sourwolf, Derek comenzó con el suave vaivén, las embestidas eran lentas casi tortuosas, pero Derek no quería lastimar a sus amores, el castaño volteo su cara y besó a Derek, este unió sus manos y las guió al vientre del menor, fue entonces cuando por primera vez, el pequeño cachorro no les daba ni su diminuto pie, ni su rodilla, ni su codo, bajo las manos unidas de sus padres una barrera de piel era lo que separaba su manita de la de sus padres, Stiles lloró de emoción y tras una última embestida ambos hombres sincronizaron el mayor de sus orgasmos.

Presente

Derek acariciaba el hombro de Stiles, la posición de cuchara era la mas cómoda a la hora de tener sexo, pues no le gustaba la idea de aplastar a su bebé, el castaño suspiró, el moreno sonrió, Ginger estaba a un lado de Stiles, jugando con el inquieto cachorro, mientras el gato ponía su pata en algún lugar de la casita del mini Derek, el bebé respondía con habidos golpecitos

— Me agrada saber que te diviertes a mi costa, hacía días que no estaba tan enérgico — la voz rasposa de Stiles hizo reír a Derek.

— Extrañé esto mientras estuve fuera, despertar contigo y con el apestoso gato, es algo maravilloso.

— Bueno Derek, yo estaría más cómodo, si sacaras a tu amigo de mí, me duele el trasero.

— Mi amigo también está feliz de estar en casa.

— Idiota.

— Así me amas.

— No tienes que ir a trabajar.

— No, hoy es mi día libre.

Ese día ninguno de los tres salió de la cama.

A la mañana siguiente Peter y Chris dejaron a Bunny en casa, ese fin de semana, casi me convierto en gato asesino...pero eso se los platicare otro día.

pero eso se los platicare otro día

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MI VIDA DE GATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora