1

134 26 0
                                    

La suave melodía parecía emanar por cada poro del omega, sus extremidades, parecían ser los instrumentos que creaban tan gloriosa pieza.

Oikawa Tooru se mecía al ritmo del piano, sus piernas, siendo fuertes bases para sus giros, captaban la atención de todos los presentes, y aquel concentrado y sonrojado semblante le robaba el aliento a más de uno.

Se trataba de sólo un ensayo, de lo que sería una de las más importantes presentaciones que Tooru tendría, hasta ahora. Aún así, decenas de estudiantes, muchos que no tenía nada de hacer en aquel salón, apenas y parpadeaban, sin querer perderse ni un segundo de aquel majestuoso espectáculo.

-
-
-

Las clases habían comenzado apenas hace unos días, sin embargo, aquel extrovertido omega, con alborotados cabellos castaños, era ya el centro de atención. Alfas, betas, e incluso omegas, habían puesto sus ojos sobre él.

Pero a él, no le importaba.

Él, sólo quería ver de vuelta a su gran amigo, aquel molesto alfa idiota que no hacía más que golpearlo con lo primero que encontraba, pero que también rompía en llanto rogando su perdón cuando Tooru se molestaba.

Y a pesar de todo eso, el señor Universo, el dios de la amistad o quien sea que se encargue de esas cosas, le estaba privando de la dicha de volver a estar entre los cálidos y apestosos brazos de Iwaizumi.




Óleo y Allégro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora