Capítulo 1: Romper una promesa.

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The Neighbourhood - Devil's Advocate.

•The Neighbourhood - Devil's Advocate

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—¿Cuándo tendré un sobrino o una sobrina? —preguntó mi hermano de repente, sin despegar la mirada de las luces led que estaba colocando en el patio.

La decoración estaba casi lista, mi madre nos abandonó hace media hora para preparar su maquillaje y peinado; faltaban dos horas para dirigirnos al registro civil y eso no parecía ser suficiente tiempo anticipado. Es por eso que mi hermano y yo nos tuvimos que encargar de los últimos detalles del exterior mientras Evan y Kate limpiaban la sala, aunque mi novio renuncia luego de una hora para probarse su traje en una de las habitaciones de arriba.

—Espera un momento, ni siquiera me he casado —respondo ignorando la bola de nervios que se instala en mi estómago y continúo doblando servilletas.

¿Por qué todo el mundo asume que la gente quiere tener hijos?
Nunca hablé con Evan sobre eso, aunque estoy segura de que no sería un problema para él. El problema soy yo, no me imagino cumpliendo el rol de madre, apenas puedo lidiar con mi sobrina que es, prácticamente, el único bebé en el mundo que me cae bien y no le genera un estrés más a mi vida.

Soy una fiel creyente de que hay que experimentar las cosas paso a paso, sin adelantarse o idealizar tanto el futuro porque así es como llegan las decepciones o el miedo a la incertidumbre. Nadie tiene una bola de cristal que lo vea todo.

—Ya te veo viviendo con dos gatos cuando seas grande. Bueno, más de lo que ya lo eres —bromea y me acerco para golpearlo en el hombro levemente. Aunque se me escapa una carcajada ante su comentario.

—Te recuerdo que este año cumplo veinticinco y tú solo tienes un año menos. Si yo soy vieja, tú también —respondo con seguridad y se queda en silencio porque sabe que tengo razón.

Sonrío al haber ganado la discusión y continúo con mi tarea hasta que Kate baja las escaleras con una sonrisa plantada en su rostro para avisarme que ya era hora de colocarme el vestido. Dejo las servilletas sobre la mesa y tomo mi móvil del bolsillo, efectivamente quedaba menos de una hora para la ceremonia pero no era algo que me preocupara, no es como si fuera a llevarme años el hecho de aplicarme un poco de maquillaje e intentar que mi pelo se viera bonito.

La rubia me extiende su mano y no dudo en tomarla, negando con la cabeza mientras sonrío porque parece mucho más emocionada y preocupada que yo. Nos dirigimos a su habitación y la espero sentada en el borde de la cama mientras busca entre la ropa de su armario, ella me había hecho el favor de guardar el vestido aquí porque no estaba dispuesta a correr el riesgo de que Evan lo vea. Entre nosotros, en momentos como estos me puedo volver muy supersticiosa, así que decido seguir las viejas tradiciones al pie de la letra.

—Aquí está —dice con alegría y hace que vuelva a prestarle atención.

Me lo extiende para que lo observe con atención una última vez y es ahí donde confirmo que fue una excelente idea dejar que me ayude a elegir el modelo. No hay palabras para describir lo perfecto que se ve, la parte de arriba es un corsé blanco que se unía a una pollera hecha con una tela fina y sin transparencias que llegaba a cubrir mis rodillas, el largo perfecto para no pisarlo y evitar accidentes vergonzosos.

Destinada a matar [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora