Capitulo 10

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Tras sonar la alarma. Nacho comprueba que lo que había vivido tan solo formaba parte de un sueño. Un sueño maravilloso.
Maldito despertador, pensaba. Pero no le importaba ahí estaba luis, quizás el sueño le estaba prediciendo las de cosas que iba a pasarle.

Con mucho descuido trataba de salir de la cama, pero el movimiento producía ese detestable chillido producido por los alambres del corchón.
- Casi ( con muecas arrugaba su rostro ).
Se dirige sigilosamente a la cocina y comienza a preparar ese delicioso desayuno.
2 tostadas donde untaría la mantequilla y la mermelada de fresa. El zumo de naranja previamente exprimido y un café con leche. Todo lo posicionaba perfectamente en una bandeja.
Cuando se dirigía al cuarto, dejaba la bandeja en la mesa abrió la ventana y arrancó una rosa.
Colocada en su boca. Cogía de nuevo la bandeja. Al llegar al cuarto, descubre que Luis ya no se encontraba en el.

- Luis ( entre dientes intentado aguantar la rosa )

Coloca la bandeja encima de la cama y se dirige al balcón al ver la puerta media abierta.
Allí se encontraba el. Respirando el aire puro que ofrecía esa mañana.

Se acerca a él y con la mano suavemente pasaba la rosa por su columna hacia arriba produciendo en él un cosquilleo.

- Buenos días, nene ( dándose la media vuelta )
- Buenos días. ( le ofrece la rosa )
- Que hermosa. Gracias.

Nacho sonría mientras observaba a Luis oler la rosa con sus ojos cerrados.

- El desayuno te espera. Ven ( le dijo a la vez que salía )

Luis salía sin dejar de oler la rosa y de forma sorprendente observa aún Nacho de forma romántica con la bandeja en la mano y ese delicioso desayuno que expandía un olor abriendo de forma agresiva su estómago.

- Que rico todo. Huele delicioso amor.
- De mi para ti.

Se recuesta en la cama dejando la bandeja en sus piernas estiradas y con su mano hacia gesto para que se acercara.

- Me acompañas.
- Por supuesto nene.

Le ofrece una tostada y Luis sin apartar sus ojos a los de él la recoge dibujando una tímida sonrisa en su rostro.

Mientras Nacho observaba a Luis disfrutar de esa comida lo miraba sin gesticular gesto. Parecía frío. Sus ojos no sentía parpadeo no quería parpadear.

- ¿ No comes ?
- Si. Pero me gusta mirarte. Ver disfrutar como te alimentas.

Luis se para en seco dejando la tostada a escasos centímetros de su boca.

- Se enfriará. De echo ya está algo fría la tostada.
- No me importa. Yo soy feliz viéndote comer.
- Pero me intimidas, y más si no tomas bocado.

Apartándole la tostada de su boca.

- Entonces. Déjame intimidarte con mis labios cerca de los tuyos, y así. Puedo besarte.
- bésame ( tragaba saliva )

Cerró sus ojos y nuevamente ese embriagador escalofrío sintió al tener sus labios unidos a los suyos.

El día que empecé Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora