No creía lo que veían mis ojos, ver para creer, y aunque me limpie las gafas con la manga de mi chaqueta, deduje que no necesitaba revisarme la vista.Patricia, la misma que apenas me miraba, y que al principio hiperventilaba cuando alguien la tocaba - y más si era un tipo-, estaba al lado de Andrés y aunque parecía tensa, no parecía cohibida, aunque ya los había visto hace dos días, y no sabría decir qué sensación me produjo aquello.
No es que estuviera celoso, quería a Patricia pero no en ese sentido. Ella podía hacer lo que quisiera con su vida. Pero me extrañó que no mantuviera las distancias, que se dejara "tocar" sin palidecer; y más si era Andrés, del cual había despotricando todo lo que se podía de él y más. Odiaba a los guaperas, a los ligones, a los mujeriegos, si, Patricia podía ser muy cliché, pero ahí estaba, hablando con Andrés.
Mentiría si dijera que no me moría de curiosidad por saber que se decían. Al igual que me gustaría callarle la boca a todos aquellos que la insultaban, y le decían lesbiana rancia.
Hubo un tiempo que lo pensé, pero un día una acción poco común en ella, me demostró que todos estábamos equivocados; no podíamos juzgar un libro por la cubierta, ni tampoco dar por sentado lo que la gente decía de uno, cuando ni siquiera la conocían.
Recuerdo un día nos había costado mucho arrastrarla al campo para ver un partido de rugby, en el primer tiempo creí que le daría un ataque epiléptico, estaba pálida y le temblaban las piernas en su asiento. Supongo que no podía asimilar la "agresividad" que se vivía en el campo y en la grada, ni tampoco entendería porque 13 jugadores se empujaban hasta saltarse los dientes por un balón con forma de melón.
El segundo partido ya fue otra cosa, y yo creo que llegó a disfrutarlo, entonces dijo algo que nos sorprendió - apenas fue un susurro, casi en voz inaudible - levantó un brazo y nos señaló a un chico de último curso, a Elena no le pareció gran cosa.
Pero, para nuestra sorpresa, parecía que le había caído en gracia el número 7, Steven, en sí, no era el más grande, ni tampoco el más alto, pero el cabrón se movía como un colibrí entre las masas musculosas del otro equipo.
Empecé a ver los partidos porque quería apuntarme, y lo hice - al igual que Iñaqui y Andrés - tanto Elena como Patricia veían a mis entrenamientos, Patricia no asistía tanto ya que muchos de mis entrenamientos coincidían con los suyos con el equipo de natación. Pero ese día estaba constipada y estuvo con Elena en la primera línea de la grada, viéndonos entrenar. En el descanso vi como Steven le guiño un ojo y ella se sonrojo, para después esconderse tras de Helena.
Steven me confesó que le gustaba, y yo con cierta ironía le di ánimos. El chico la invitó a salir. Pero ella lo rechazó. Le pregunté por qué, ya que era obvio que a ella parecía gustarle.
Simplemente me sonrió y con mirada triste negó con la cabeza. El porqué, nunca me lo dijo.¿Porque no estar con alguien que te gusta? Patricia a veces llegaba a ser muy rara.
Patricia no era una extraterrestre, ni lesbiana, ni una snob como solían decir, no se molestaban en conocerla de verdad, aunque ella tampoco lo ponía fácil, pero cuando se dejaba podías ver; una adolescente, que le gustan los chicos y podía llegar a amarlos, pero que por alguna extraña razón no se acercaba a ellos. Hablaba de sexo y de otros temas más subiditos de tono, como cualquier adolescente de nuestra edad. A veces era una caja de sorpresa.
Helena llegó a la misma conclusión que yo, que era una faceta para que los hombres no se acercaran a ella. Estuvimos barajando varias veces que podría haberle pasado para que le tuviera tanto pavor al sexo masculino. No tenía padre según ella, había muerto en un accidente junto con su madre. Pero a veces creo que eso no es verdad. Creo que ocultaba un oscuro pasado del cual o se arrepentía, se escondía, se avergonzaba, o simplemente quería olvidar.
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El silencio de su sonrisa [Cicatrices #1]
General FictionPatricia tiene una cicatriz que no curará nunca. Patricia tiene demasiadas marcas en su piel que le impiden amar. Patricia guarda demasiados secretos. Patricia esconde sus miedos. Patricia tiene miedo. Cuando por fin sus cicatrices empiezan a sana...