SIETE

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Llegaste a la mañana siguiente.
No me diste explicaciones, ambos sabíamos lo que sucedía, pero no nos atreviamos a decirlo en voz alta.
Tu: "Te extrañé" no solucionó nada, solo lo empeoró.
Te pedí algo que simplemente salió de mi boca.
Déjala.
Había cruzado los límites, me miraste horrorizado, no dijiste mucho. El silencio era mi respuesta.
Ninguno de los dos estaba listo para lo siguiente.

Pídeme un deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora