No era yo. (Caminah)

Capítulo 1.

Camila's POV

La fría noche de invierno hacía su efecto en mí, sentía mi cara arder debido a la helada brisa que asotaba las ventanas y causaban un estruendoso ruido en las ramas de los árboles.

Yo misma me lo busqué, porque mi cama era el único lugar donde en estos momentos estaría a salvo, libre de cualquier posibilidad de enfermarme. Pero por complacer a mi mejor amiga Dinah, me encuentro con un corto vestido negro parada en una fila de personas, que parece interminable. Había aceptado salir a una fiesta con ella.

—Siento que en cualquier momento quedaré congelada aquí y no podré avanzar más.—La escuché decir mientras buscaba un poco de calor frotándose los brazos.

—¿Y quién quería venir?—Pregunté un poco enojada.

—Vamos, Chancho. Sabes lo mucho que ese chico me gusta y me invitó a su fiesta. No podía faltar.—Me miró fijamente y suspiré. Odio ser tan influenciable.

La fila avanzó y por fin pudimos entrar. El frío del invierno quedó atrás una vez estuvimos dentro del lugar. Habían muchas personas bailando y el calor se empezaba a sentir.

Caminamos directo al bar donde un vodka nos quemó la garganta, eran los primeros tragos de los muchos que estaban por venir. Vi al chico que tanto le mueve el piso a Dinah llegar junto a nosotras y ella me guiñó el ojo yéndose de la mano de él.

Volví a suspirar y pedí otro trago, uno más fuerte. Estaba sola, mis otras amigas prefirieron quedarse a ver películas en el calor y tranquilidad de sus casas, y yo sigo aquí sentada viendo como todos se divierten.

—¿Pasarás la noche sola?—Preguntó la chica que servía los tragos y la miré.

—En realidad... No lo sé.—Miré hacia la pista de baile y vi a mi amiga feliz bailando con aquel chico. —Creo que me han abandonado a mi suerte. —Reí un poco y volví a mirar a la chica del bar.

—Mi turno está por terminar, tal vez ¿quieras bailar conmigo?—La vi morderse el labio y de alguna manera, eso me gustó.

—Primero debo saber tu nombre.—Bebí lo poco que quedaba de mi trago.

—Daniela, ¿y el tu...—No pudo terminar ya que fue interrumpida por mi mejor amiga.

—Camila, veo que ya conseguiste a alguien.—Apenas logré entender lo que dijo ya que sus palabras chocaban debido a su estado de ebriedad.

—Camila ¿eh?—Dijo Daniella mirándome como si quisiera devorarme.

—Sí, se llama Camila y es la mejor amiga que podría tener.—Pasó uno de sus brazos por mis hombros y acercó su cara a la mía. Podía oler el alcohol en su aliento. —Sabes que te amo ¿verdad?—Preguntó y no dejó que le respondiera ya que su vista se enfocó en Daniela. —Y tú... Cuidala muy bien si no quieres quedarte sin manera de alimentar a tus hijos. —Señaló el pecho de la chica y riendo se fue.

—No le hagas caso, ya viste como está. No puede ni mantenerse de pie.—Extendí mi pequeño vaso pidiendo otro trago y el mismo se llenó en menos de un segundo.

—Yo también te protegería con mi vida, digo, estás muy hermosa.—Sonreí un poco.

—Tu turno acabó.—Dijo un Señor con cara de perro rabioso.

—¿Bailamos?—Preguntó y yo asentí.

Los minutos se volviero horas, un trago se multiplicó y el alcohol ya reinaba en mis venas. Mis pies ya no podían sostenerme y bailar al mismo tiempo, por lo cual me senté en la primera silla que vi. Estaba agotada y todo giraba a mi alrededor. Mis ojos estaban entrecerrados porque las luces me cegaban y me mareaban a un más de ser posible.