capítulo 1

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Enero 2015

Primer día de clases

todo tiene un comienzo y todo tiene un final ...

Este es el comienzo de mi final.

todos tratan de enfrentar la vida a su manera, algunos como yo, no la quieren enfrentar, sabemos que algún día, tarde o temprano esta vida se irá, así que no tiene sentido pelear por algo que al final se acabará, el amor, algo tan efímero te puede hacer sentir como si vivieras un siglo, pero ay del amor que no es correspondido, es un siglo de sufrimiento, y de dolor, incluso si lo reflexionamos de forma más detallada, el amor no se acaba, el amor se transforma.

La vida no es bella, y yo más que nadie lo sé, trató de ocultar las pequeñas rayas con pequeñas cicatrices de mis manos.

maldita sea la hora en la que llegamos a este maldito pueblo- y refunfuñé después de apagar la alarma de mi celular que por cierto sonaba horrible, aun arropada me disponía a levantarme del suave colchón, estiré mis piernas, una por una, me quedé mirando mis sandalias de baño un buen rato, como si jamás las hubiera visto, mi dulce rutina, cuando levanté mi trasero de la cama, caminaba con la madre de las perezas hasta el pequeño espejo redondo junto a la ventana de mi mediano cuarto, o bueno, de nuestro cuarto, volteé mi mirada hacia la pequeña cama y vi al pequeño que dormía plácidamente, con tan solo cinco años era quien le daba un poco de color a mis todos mis días grises, la razón por la cual no abandono este mundo.

El agua al caer en mi espalda hacía que saltara por los pringonazos,  recosté mi cuerpo sobre la pared grasienta del baño, dejé que los pequeños chorrillos de agua hicieran lo suyo, después de unos minutos salí con la misma pereza con la que entré a la ducha, me aterroriza la idea de volver a estudiar presencialmente, los últimos cinco años los estudié por medio de la computadora, y ahora me toca ir personalmente a un colegio por la cuestión de que nos trasladamos a este pueblo lejos de la ciudad y el colegio queda cerca, al menos esta casa es la más retirada del pueblo, he visto personas desde mi ventana que pasan por aquí haciendo ejercicio y al ver esta fachada aceleran sus pasos, no he salido de casa desde hace tres semanas que llegamos, hoy es el primer día y espero no perderme en el camino porque no sé dónde queda la maldita institución.

Ya lista, empaqué unos cuantos cuadernos y un bolígrafo negro, me acerqué a los cajones del ropero y saqué mi cofrecito, tomé el collar en mis manos, nuestra foto en ese collar, tenía diez años, quedé con una sonrisa que por poco y mostraba mis cordales, papá me tenía abrazada fuertemente y por lo tanto me sacaba el aire, mi madre nos miraba envidiosa mente enamorada y mi mano sobre su barriga que contenía a un pequeño de cinco meses, volteé la foto con rabia y cerré fuertemente el cofre, caminé despacio hasta llegar a la cama de mi hermano y acaricié su cabeza.

Ya en camino sentía como el frío se apoderaba de mis delgadas piernas, y frotaba mis manos para producir un poco de calor, el suéter me tapaba la mitad de mis muñecas en el cual las podía esconder, caminé rápido hasta llegar a las primeras casas que se veían, la bruma aun densa no me dejaba ver muy bien las luces de las motocicletas de los trabajadores que subían a toda hacia los campos que se encuentran a unos kilómetros de mi casa que es la última del pueblo, de ahí para arriba se encuentran cultivos y parrales de uvas, y justo ahí, cuando vi una niña que iba muy contenta y sonriente de la mano de su padre me dio una pequeña punzada cerca de mi corazón, el dolor, maldito sea ese día, lo maldeciré mil veces, y me maldigo a mí por ser la culpable- te amo- susurré mientras caminaba firmemente, la falda que llegaba prontamente a mis rodillas hacía erizar mis piernas con tantos roces, el aterrador frío se reía de mi mandíbula que la apretaba con fuerza, imágenes veloces de aquel día, de nuevo se apoderaron de mi débil mente,

Corrí hasta la cocina temblando, la caja de pizza estaba aún tibia, el olor que siempre fue exquisito ahora es lo más asqueroso que he podido recordar saqué la primera pieza de pizza, la miré por unos segundos, veía sus colores rojizos, el amarillo y el verde combinados, el asco se apodera de mí, pero aun así me la engullía casi entera, mi cuerpo me obligaba a sacarla a la fuerza, pero con mis dedos hacía el gran esfuerzo de que no se saliera, que escena más repugnante, solo no quería que fuera en vano. Solo quería no creer lo que acaba de escuchar, solo quería que esto acabara pronto.

Volví en sí por el fuerte sonido del freno de una motocicleta que por poco y acaba arrollándome, volteé rápidamente hacia atrás y ahí estaba él, si, era él.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2022 ⏰

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